Primera Estrategia para la Igualdad de Trato y No Discriminación de Personas LGTBI

La Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación ultima la elaboración del proyecto de la Primera Estrategia de Igualdad de Trato y no Discriminación de Personas LGTBI una vez concluida sin aportaciones la fase de consulta pública previa.

Este documento, que tiene como finalidad la conquista de la igualdad de trato, inclusión y respeto de las personas LGTBI y sus familiares, y la eliminación de la discriminación por razón de orientación e identidad sexual y de género, ha sido elaborado con la participación de numerosas entidades y colectivos LGTBI y de personas expertas.

Ahora, y una vez recabados los informes preceptivos del Consejo Andaluz LGTBI y los exigidos por la normativa general de aplicación, se redactará una propuesta final que será elevada desde la Consejería al Consejo de Gobierno para su aprobación definitiva mediante acuerdo.

La formulación de esta Estrategia se inició en marzo del pasado año ante la necesidad, según ha explicado la consejera de Igualdad en funciones, Rocío Ruiz, «de vertebrar políticas públicas en Andalucía que permitan avanzar en la integración y el pleno disfrute de los derechos humanos y libertades fundamentales de las personas LGTBI en todos los aspectos de su vida», así como en la prevención y eliminación de los episodios de LGTBIfobia registrados a pesar de los avances normativos y sociales hacia el respeto a la diversidad. «Nuestra comunidad ha avanzado esta legislatura en igualdad y políticas LGTBI con hechos constatables para que los derechos del colectivo, reconocidos en las leyes aprobadas por el Parlamento andaluz no queden solo en bonitas palabras sobre el papel sino que sean una realidad».

Por este motivo, desde la Consejería de Igualdad se ha abordado la redacción de esta Primera Estrategia desde una óptica de respeto de los derechos humanos y «de intervención integral y transversal que favorezca el cambio social a todos los niveles en aras de fomentar la plena igualdad, reducir las desigualdades y las situaciones de discriminación, así como visibilizar y garantizar el respeto de la diversidad sexo genérica y familiar para alcanzar una sociedad más justa, más sensible e integradora». Por ello, la población objetivo no se centra exclusivamente en el colectivo LGTBI, sino en la ciudadanía en general y la administración pública, las entidades privadas y el movimiento asociativo LGTBI en particular.

En este sentido, el borrador de proyecto parte de la premisa de que la igualdad es inconcebible sin admitir la plena diversidad del ser humano, y de que el principio de no discriminación es una de las más claras manifestaciones de la igualdad. Así, esta Primera Estrategia reconoce que la orientación sexual o identidad de género que cada persona defina para sí es esencial para su personalidad y constituye uno de los aspectos fundamentales de su autodeterminación y dignidad como individuo.

La estrategia, que incluye un sistema de seguimiento y evaluación durante los cuatro años de vigencia que tendrá, se articula en torno a un análisis de la situación de partida y el contexto normativo andaluz, español y europeo, e incluye un diagnóstico con los problemas, retos y necesidades a abordar. Para ello, establece hasta cinco objetivos estratégicos, 13 líneas de acción y 32 acciones concretas que serán promovidas y coordinadas por la Dirección General de Violencia de Genero, Igualdad de Trato y Diversidad aunque puedan involucrar a otros centros directivos y/o agentes clave.

Entre esos objetivos, destacan la necesidad de contribuir en el avance de los Derechos Humanos de las personas LGTBI y sus familias, incidiendo en el trabajo conjunto y coordinado de administraciones, tercer sector y ciudadanía; promover la transversalización de la perspectiva de diversidad sexo genérica y familiar en los servicios y políticas públicas, así como en la comunicación institucional y general e impulsar la información, formación y sensibilización de las y los profesionales que trabajan directamente con las personas LGTBI y sus familias en la administración pública andaluza, organizaciones privadas, del tercer sector y ciudadanía en general, en diversidad sexo genérica y familiar.

Además, la estrategia se marca el reto de fomentar y reconocer la importancia del tejido asociativo LGTBI y familiar, de introducir la perspectiva de la diversidad sexo genérica y familiar en todos los sectores, públicos y privados, y de avanzar en la protección y respeto de colectivos LGTBI especialmente vulnerables como personas migrantes, trans, personas mayores o con discapacidad y en la infancia y adolescencia.

Discriminación y estereotipos pese al avance normativo

En el análisis de la situación actual el documento subraya que, a pesar del avance legislativo para combatir la discriminación LGTBI, esa igualdad de trato no se ha implementado de manera homogénea en la administración pública y, por ende, no ha supuesto su traslado pleno a la sociedad andaluza para eliminar actitudes, situaciones discriminatorias y visiones estereotipadas sobre las personas LGTBI y sus familias.

Asimismo, se constata que aunque las personas empiezan a visibilizarse públicamente y vivir como persona LGTBI en torno a los 20 años en su mayoría (54%) con una buena experiencia y aceptación, casi un 19% afirma tener una mala experiencia u otras situaciones como miedo a sufrir acoso (familiar, escolar o del grupo de amistades), lograr la aceptación propia, o seguir aún en un proceso de apertura.

La expresión máxima de la discriminación de las personas LGTBI y sus familias son los incidentes de violencia, agresión o amenazas por motivo de su orientación afectivo-sexual, identidad sexual y/o expresión de esa identidad, que se identifican como delitos de odio. En el caso de la muestra de personas que han participado en las encuestas realizadas para elaborar el documento, más del 40% ha sufrido amenazas de violencia física o incluso la agresión en la calle y otros lugares, especialmente en el ámbito privado de la casa (pareja y familia), y en redes sociales. El mayor índice de vulnerabilidad se da para personas mayores, trans, menores, y familias diversas.

El análisis apunta la necesidad de avanzar aún más en la incorporación de la diversidad sexo genérica en ámbitos como el sanitario, con estrategias de salud sexual específicas para el colectivo y adaptaciones de los programas de salud reproductiva; o el educativo, donde la discriminación LGTBI y el bullying se ha convertido en uno de los problemas más preocupantes por los daños psicoemocionales que provoca en las víctimas y sus familias.

En materia laboral, el 50,3% de las personas encuestas relatan haber sufrido, con diferente intensidad, algún tipo de actitud o conducta discriminatoria, básicamente bromas, chistes, miradas molestas y actitudes de desprecio. Y 4 de cada 10 personas trans aseguran haber sido rechazadas en entrevistas solo por su identidad sexual o por la expresión de la misma. De la misma manera, un 32,5% confirma esas actitudes discriminatorias en actividades deportivas y apuntan a la falta de referentes positivos LGTBI que ayuden a visibilizar las necesidades del colectivo.

Asimismo, la mayoría de las personas LGTBI, especialmente mujeres lesbianas y trans, responden que la realidad LGTBI aún no tiene la adecuada aceptación en las actividades de ocio y culturales, y que se traslada una imagen muy poco acertada a la realidad, basada principalmente en estereotipos. Además, se constata que una de las formas más frecuentes en las que se expresa la LGTBIfobia en las redes sociales es a través de la construcción de perfiles anónimos con el fin de ejercer violencia contra las personas LGTBI y sus familias.

El documento apunta además que los encuestados perciben falta de sensibilización y formación entre las y los profesionales del sistema judicial. Los datos del trabajo de campo ponen de evidencia que la mayor parte de las personas que han sufrido agresiones (72,5%) no lo denuncian sobre todo por desconocimiento de lo que estaban viviendo, al dudar acerca de si era una situación denunciable o no.

Por otra parte, la Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, se suma esta semana a la celebración del Día Internacional del Orgullo LGTBI con la difusión de la campaña institucional «Andalucía Tierra con Orgullo«, con la que se quiere homenajear a la sociedad andaluza y reivindicar su respeto por la diversidad. La campaña se emite en medios audiovisuales e impresos, asi como redes sociales, «para mostrar que esta Tierra es, y está orgullosa, de la diversidad de su gente, una tierra que respeta a todas las personas por igual, sean como sean, sientan como sientan y amen a quien amen«, ha señalado Ruiz.

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