Llega el dia grande de San Sebastián

Con la llegada del sábado, llegamos al día grande de los actos en honor de San Sebatián. que incluye procesión y la famosa candela en el Llanete de la Cruz

Tras un intenso triduo de la mano de los sacerdotes D. Francisco Fernández Mármol (Salesiano – Montilla), D. Antonio Palma León (Capellán del Hospital y Sta. Clara), D. Juan Berchmans Nibitanga ( Basílica S. J. de Ávila) y Fray Jesús María, donde se ha repasado la vida, obra y milagros de San Sebastián, llega el sábado que, tras el temporal que hemos sufrido, nos dejará disfrutar y participar del resto de actos.

A las 18:30 se tiene estipulada la procesión de San San Sebastián cuyo recorrido será por Juan Colín, Fuentes, Gavia, Carmen, San Sebastián.

A las 20:00 , Eucaristía concelebrada presidida por D Joaquín Ramírez, párroco de San Sebastián y contará con la participación del coro parroquial.

Tras la misma, se podrá realizar la veneración del dedo de San Sebastián y se realizará la tradicional bendición de la candela en el Llanete de la Cruz

El dedo de San Sebastián

El Gran Capitán combatía a los franceses en Italia. que en 1503 se habían refugiado en el monasterio benedictino de Montecasino. Tras la victoria, encomendó a Medina, hombre de su confianza, que defendiera las reliquias de muchos santos, pues los soldados cogieron de botín todo lo que pudieron: cálices, cruces, ornamentos, candelabros de plata…

El Gran Capitán lo compró todo a los soldados y lo restituyó al monasterio. Los monjes en agradecimiento, aceptaron que Medina tomara de las reliquias un dedo de San Sebastián para llevarlo a Mantilla y entregarlo a D. Pedro Fernández de Córdoba. Marqués de Priego y sobrino del Gran Capitán. El dedo fue llevado a la Parroquia de San Sebastián de Montilla que , por avatares de la historia, ha sido custodiado en el monasterio de Santa Clara de Montilla, donde fue encontrado por el estudioso José Ponferrada Gómez.

San Sebastián, soldado de Dios

San Sebastián fue un mártir nacido en Narbona, en el 256 D.C, bajo el  Imperio romano, con la particularidad de ser venerado tanto la Iglesia católica como la ortodoxa. Fue soldado del ejército romano y del emperador Diocleciano, que lo nombró jefe de la primera cohorte de la guardia pretoriana imperial, desconocedor de su fe cristiana.

Acabó por ser descubierto y denunciado al emperador Maximiano (amigo de Diocleciano), quien lo obligó a escoger entre poder ser soldado o seguir a Jesucristo. so pena de muerte. Sebastián se mantuvo firme en su fe y fue condenado morir. Los soldados del emperador lo llevaron al estadio, lo desnudaron, lo ataron a un poste y lanzaron sobre él una lluvia de flechas, dándolo por muerto.

Sus amigos fueron a recoger el cadáver cuando al verlo todavía con vida, lo llevaron a casa de una noble cristiana romana llamada Irene, esposa de Cástulo, que lo mantuvo escondido y le curó las heridas, hasta que quedó restablecido.

Una vez curado se presentó ante un emperador desconcertado, ya que lo daba por muerto, y le reprochó enérgicamente su conducta por perseguir a los cristianos. Maximiano mandó que lo azotaran hasta morir, 2​3​ y los soldados cumplieron esta vez sin errores la misión, tirando su cuerpo en un lodazal. Los cristianos lo recogieron y lo enterraron en la Vía Apia, en la célebre catacumba que lleva el nombre de San Sebastián.

Antonio Galán

Entradas relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *