Los precios de la alimentación básica siguen disparados, con una subida del 16,5 %, mientras que el índice general de precios se queda en el 3,3 % en el mes de marzo.
“Los precios bajan, pero lo hacen porque en marzo del año pasado subieron exponencialmente. La contención de los precios de la electricidad y carburantes han disminuido la tasa general. Sin embargo, los precios de la alimentación siguen en escalada, y no estamos hablando de un bien de lujo sino básico para cualquier persona. La leche ha subido en el último año el 30 %; el azúcar, un 50 %; los aceites, un 28 % y las legumbres y hortalizas frescas, un 27,8 %, por ejemplo”, destaca Joaquín Pérez, secretario general de USO.
Estas subidas desorbitadas de los precios de la alimentación se producen en un momento en el que los salarios pactados en convenio crecen un 3,06 %. “Pero esta subida de salarios queda limitada únicamente a unos 6 millones de trabajadores. Éstos y los que no han tenido esa subida de sueldo tienen que hacer frente a una cesta de la compra que se ha incrementado de media en el último mes el 16,5%, y que vienen soportando una pérdida de poder adquisitivo importante en los últimos años. Es hora de que los salarios sirvan para vivir y, sobre todo, para comer”, reivindica Pérez.
Por último, el secretario general de USO remarca que: «aunque el índice general se haya moderado, el problema de la inflación estructural se está cronificando. El IPC subyacente se sitúa en el 7,5 % y esas subidas son las que llegan para quedarse. No vivíamos una situación de inflación estructural de estas características en 40 años».