COAG, se une a la campaña de recogida de firmas para rechazar la desregulación de los nuevos transgénicos

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), a través de la Coordinadora Europea Vía Campesina, (ECVC), se une a la alianza de organizaciones que piden el mayor número de firmas para una petición contra la desregulación de los nuevos transgénicos u OGM.

Esta petición forma parte de una campaña europea liderada por una coalición de más de 50 organizaciones de más de 15 países de la UE, en la que se pide que todos los OGM, nuevos y antiguos, sigan estando estrictamente regulados y etiquetados en la UE, con el fin de respetar los derechos de los agricultores y ciudadanos a una alimentación y una agricultura sin OGM.

¿Por qué esta petición? En la UE existe una estricta legislación, Directiva 2001/18, sobre los OGM, gracias a la movilización agraria y ciudadana que se opone mayoritariamente al uso de estas técnicas en la agricultura. Gracias a este marco legislativo, todos los OGM están actualmente sujetos a una evaluación de riesgos y etiquetados, lo que garantiza la seguridad y la transparencia de estos productos para consumidores y agricultores.

Sin embargo, bajo la presión del lobby de la industria de las semillas transgénicas, la Comisión Europea está lanzando propuestas para desregular algunas nuevas técnicas de modificación genética, a las que llama nuevas técnicas genómicas, y a las que nos referimos aquí como nuevos transgénicos, es decir, organismos obtenidos mediante nuevas técnicas/métodos de mutagénesis que han surgido o están disponibles predominantemente después de 2001.

Sin la movilización ciudadana, la Comisión Europea y los Estados miembros podrían aprobar durante el primer semestre de 2023 una desregulación de estos nuevos OGM, y por tanto su entrada en el mercado europeo sin evaluación, transparencia ni trazabilidad. Todos los OGM, antiguos o nuevos, están patentados, lo que refuerza el control de las semillas por parte de un puñado de multinacionales que dominan este mercado y destruye la autonomía y los derechos de los agricultores respecto de sus semillas. Además, los riesgos sanitarios y medioambientales de estas técnicas no se conocen y deben evaluarse para cada nuevo OGM. Es esencial que la UE aplique el principio de precaución para proteger a los ciudadanos.

Los OGM, nuevos y antiguos, son absolutamente incompatibles con el modelo social y profesional de agricultura de pequeñas y medianas explotaciones, mayoritario en Europa, y principal herramienta para abordar los retos medioambientales, climáticos y de seguridad alimentaria. “Las instituciones europeas envuelven esta iniciativa legislativa en una falsa narrativa verde, presentando a los nuevo OGM como “aliados” para cumplir con los objetivos de las políticas medioambientales de la UE sin presentar evidencia alguna sobre esas afirmaciones”, ha subrayado Andoni García, representante de COAG en ECVC.

¡Firma la petición!

¡Apostemos por que los nuevos alimentos OGM estén correctamente regulados y etiquetados!

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