Se pulsó el botón de la Puerta del Sol y se iluminó Madrid. Se abrió la veda, más de un mes antes de la Navidad, a las compras navideñas. Se puso alfombra roja al Black Friday y éste no defraudó porque llegó a todos y cada uno de los aspectos de la vida diaria.
Lejos de quedarse en los descuentos de ropa o artilugios informáticos, el viernes negro se aposentó en el Consejo de Ministros, en las entrevistas que se admitía el ‘todo por 7 votos’, en las explicaciones con comparaciones “chuscas”, en los 2×1 de chorizo criollo y bandera española sin escudo a las inmediaciones de Ferraz.
Sentó cátedra en las ofertas ministeriales a ritmo de inventarse carteras para que casi nadie se quede sin sillón:
- Mira Yolanda, podemos meter algo así como Juventud e Infancia, a ver si nadie nota que eso es un asunto propio de Educación, que además lo llevan las comunidades autónomas. De esta forma, mantenemos a Alegría y metemos a Sira Rego con calzador. Luego, Cultura se lo podemos dar a Urtasum que tiene curriculum para todo menos para lo de los toros. Y Deporte… no sé, se lo metemos a Educación para que parezca que Alegría trabaja mucho cuando en realidad es una simple portavoz del Gobierno. Es decir, de mí.
- Pero Pedro, Alegría era portavoz del PSOE, no del Ejecutivo.
- ¿Y de quién depende el Gobierno? Pues eso.
Y así, en los afterwork de los jueves tontorrones previos al Black Friday, se repartieron las carteras, las rebajas y los chorizos criollos con banderas sin escudo que se despacharían posteriormente a las inmediaciones de Ferraz.
Esa calle que se convirtió en una pasarela en la que se da protagonismo a ademanes de Nelson Mandela cuyo único martirio ha sido ser detenido en una manifestación. Algo por lo que los ignorantes se creerán especiales y que sólo delata una posición exaltada en una democracia que, si bien dejará de ser plena con la amnistía, sigue siendo democracia.
Las comparaciones, como siempre, son odiosas. Y entre los que entran a hombros a Ferraz y los que cambiaron el mundo, por mucho que se intente lo contrario, hay un balance claramente perdedor.
Me hubiese gustado ver a los adalides de la igualdad en las manifestaciones de la Complutense en contra de la dictadura franquista, a favor del voto femenino durante la Segunda República, o apoyando que negros y blancos se pudiesen sentar en la misma cafetería en los estadounidenses años 60.
Y luego están las rebajas “chuscas”. Las de un ministro sin capacidad institucional al que claramente le hace falta un jefe de prensa. Ese que resulta ser válido para resolver una crisis de transportes en horas pero no es capaz de cerrar la boca o eludir preguntas cuando toca.
Ese que podría haber sido noticia por un magnífico inicio de legislatura y lo acaba siendo por admitir el ‘todo por 7 votos’ y por comparar la amnistía con un matrimonio de ‘penalti’.
No se engañen aquellos que piensan que el Black Friday es cosa de compras materiales. Las rebajas se dan en todos los ámbitos de la vida.
Qué bueno eres Paco. Hu