
Arranca el triduo en honor a San Sebastián que pasará por el calor de unas brasas circundadas por los vecinos del barrio de la Silera y un gran numero de montillanos en general, previa a la festividad de San Sebastián
Durante el triduo, que se celebrará los días 17, 18 y 19, Parroquia de San Sebastián estará abierta desde las 19:30 momento para la lectura de datos sobre San Sebastián tras lo cual, a las 20:00, se celebrará la eucaristía presidida por los Rvdos. Sres. D. Javier González Martínez de la Basílica S. J. de Ávila(17), D. Florencio Muñoz García Párroco San Fco. Solano (18)
El 19, víspera de San Sebastián será el turno del Párroco de S. Sebastián, siendo la eucaristía animada por la Rondalla de los AA. AA. Salesianos. Al finalizar se realizará la tradicional bendición de la Candela del Llanete de la Cruz.
El Lunes 20, ya festividad de San Sebastián, se llevará a cabo a las 20 h una Eucaristía Concelebrada, presidida por el Iltmo. Sr. D. Jesús Daniel Alonso Porras, Vicario General de la Diócesis y contará con la participación del coro de Nuestra Sra de la Asunción. Al finalizar se podrá realizar la veneración del dedo de San Sebastián.
El dedo de San Sebastián
El Gran Capitán combatía a los franceses en Italia. que en 1503 se habían refugiado en el monasterio benedictino de Montecasino. Tras la victoria, encomendó a Medina, hombre de su confianza, que defendiera las reliquias de muchos santos, pues los soldados cogieron de botín todo lo que pudieron: cálices, cruces, ornamentos, candelabros de plata…

El Gran Capitán lo compró todo a los soldados y lo restituyó al monasterio. Los monjes en agradecimiento, aceptaron que Medina tomara de las reliquias un dedo de San Sebastián para llevarlo a Mantilla y entregarlo a D. Pedro Fernández de Córdoba. Marqués de Priego y sobrino del Gran Capitán. El dedo fue llevado a la Parroquia de San Sebastián de Montilla que , por avatares de la historia, ha sido custodiado en el monasterio de Santa Clara de Montilla, donde fue encontrado por el estudioso José Ponferrada Gómez.
San Sebastián, soldado de Dios
San Sebastián fue un mártir nacido en Narbona, en el 256 D.C, bajo el Imperio romano, con la particularidad de ser venerado tanto la Iglesia católica como la ortodoxa. Fue soldado del ejército romano y del emperador Diocleciano, que lo nombró jefe de la primera cohorte de la guardia pretoriana imperial, desconocedor de su fe cristiana.
Acabó por ser descubierto y denunciado al emperador Maximiano (amigo de Diocleciano), quien lo obligó a escoger entre poder ser soldado o seguir a Jesucristo. so pena de muerte. Sebastián se mantuvo firme en su fe y fue condenado morir. Los soldados del emperador lo llevaron al estadio, lo desnudaron, lo ataron a un poste y lanzaron sobre él una lluvia de flechas, dándolo por muerto.
Sus amigos fueron a recoger el cadáver cuando al verlo todavía con vida, lo llevaron a casa de una noble cristiana romana llamada Irene, esposa de Cástulo, que lo mantuvo escondido y le curó las heridas, hasta que quedó restablecido.
Una vez curado se presentó ante un emperador desconcertado, ya que lo daba por muerto, y le reprochó enérgicamente su conducta por perseguir a los cristianos. Maximiano mandó que lo azotaran hasta morir, 23 y los soldados cumplieron esta vez sin errores la misión, tirando su cuerpo en un lodazal. Los cristianos lo recogieron y lo enterraron en la Vía Apia, en la célebre catacumba que lleva el nombre de San Sebastián.