La pachorra con la que se está tardando en resolver los recursos de los tránsfugas del Partido Popular de Montilla les da alas y crea incertidumbre un partido necesitados de tranquilidad para afrontar los próximos retos electorales.
Para el despistado, recordemos que tras la expulsión de los 4 concejales populares, estos pidieron al Ayuntamiento de Montilla considerarlos concejales no adscritos, figura que recoje el Acuerdo sobre transfuguismo del 1998 y ratificado en el 2020.
Los cuatro tránsfugas actúan en equipo, ya que como grupo el pacto antitransfuguismo se lo impide, y anoche representante del equipo tránsfuga, el concejal Francis Delgado, tras 10 minutos de bondades y beneplácitos sobre lo bien que se trabaja desde la independencia, de lo que apoyan y ayudan al equipo de gobierno absolutista del Sr. Llamas para una Montilla mejor, soltó que son populares según sus cuentas.
En esta espiral sin sentido que es reclamar el amor del que ya no te quiere, adornándolo de fechas, plazos y recursos que nunca les llevarán de vuelta a casa, si que hay que decir que mucha de la culpa de la situación actual es la pachorra inexcusable e inaguantable que tanto los dirigentes actuales del Partido Popular de Montilla como los propios tránsfugas han de soportar, con una pléyade de excusas mas propias de un jardín de infancia que de un partido que aspira a gobernar una nación como España.
Mientras que el equipo de gobierno absolutista del Sr Llamas se deleita con esta telenovela mas propia de Pasión de Gavilanes que de un Ayuntamiento postpandemia, Montilla se va quedando atrás, ya que lo necesitamos es un gobierno con cabeza y una oposición en condiciones, cosas que debido a este espectáculo pueril de egos, no tenemos ni lo uno ni lo otro.
Antonio Galán
