Educar al que si quiere, pero no puede

“ Tú también eres diferente y eso es lo normal”

Si tuviéramos en la retina la imagen que nos ofrecen esos niños y niñas, que tantas y tantas veces, vemos en los medios de comunicación…niños harapientos, sucios, con los mocos colgando, ropas en mal estado y zapatos roídos…vendiendo lo poco que otros le han proporcionado para aprovechase normalmente de ellos…caminando hacia la escuela algunos
kilómetros para aprender algunas letras y algunos a aprender a leer…pensaríamos que estamos “alucinando” porque eso ya no existe.

Posiblemente cerca de nosotros, tengamos superados estas situaciones, no así en tantos otros sitios y espacios…pero en el fondo visualizan una realidad que pasa por observar como mucho de nuestro alumnado ocupan un lugar en nuestros centros, con la única intención de pasar el tiempo, obtener un beneficio sin esfuerzo y siendo conscientes que, más tarde o más temprano, obtendrán un ”papel” que se conoce con el nombre de Título de Graduado en Secundaria y que te permitirán pasar el primer filtro como forma de incorporarse al mundo laboral.

Es de reconocer la gran cantidad de alumnado responsable, con motivación y con perspectivas de futuro que se educa en nuestros centros. Ellos, su propio rodaje, sus capacidades y el apoyo del profesorado y las familias, le harán plantear su futuro con ciertas garantías de éxito, a pesar de las dificultades en los tiempos que les ha tocado vivir.

Educar al que si quiere es una tarea apasionante, educar al que no quiere, un reto que necesita de muchas estrategias para saber llegar al corazón de ellos, pero educar al que quiere y no puede es algo tan exquisito que, sólo el ver la motivación, las ganas de superación y el querer, hacen que tu entrega sea aún más de exquisita, si cabe. Son posiblemente distintos, pero debemos tener los medios para que no estén distantes.

La escuela no es el lugar donde se acumula alumnado para que pueda existir conciliación
familiar y no sólo cumple una función asistencial, que también, sino es el espacio que las familias deben cuidar para hacer que la educación de sus hijos, (todos los referidos anteriormente) sea una educación de calidad. Para ello es necesario reconocer al profesorado y apoyarlo, no cuestionarlo por lo que pueda decir o no mi hijo/a, que también, siempre que se verifique con objetividad aquello que se está valorando, sino valorarlo como una pieza esencial en este puzle y que debe llegar motivado porque, entre otras cosas, los demás le reconozcamos el esfuerzo que realiza cada día.

Valoremos el trabajo, pidamos garantías y exijamos a nuestros hijos/as que respeten y traten
como se merecen a este colectivo, que ya se ve afectado por la falta de autoridad que, entre
unos y otros, vamos quitando.

Educar al que quiere, al que no quiere y al que quiere y no puede, ya es cosa nuestra y si va
acompañado del calor de las partes, entre ellas las familias, seguro que siempre, el trabajo y
esfuerzo será el que corresponda, entre otras cosas, porque nuestra estima estará al nivel
adecuado para darlo todo y en las mejores condiciones posibles, aunque en ocasiones, la nula
motivación de parte de nuestro alumnado, merme la actitud del propio profesorado.

Educar, enseñar, instruir…al que si quiere pero no puede, me hace pensar en un escrito que de una Asociación denominada Aprosub Cee El Molinillo cayó en mis manos, después de una visita al cole y que me confirmó lo que siempre he pensado y es sencillamente, como ellos escriben que: “Lo normal es ser diferente” y es algo que no debemos olvidar.

No olvidemos que no importa dónde hayas nacido, no importa el color de tu pelo o de tu piel,
no importa si eres de gran altura o poca, si tienes los pies planos o hablas muchos idiomas.

Puedes utilizar la mano izquierda o ser hábil con las cuentas, puedes venir de lejos o vivir en casa de la esquina.

Puedes reírte alto o no escuchar sonidos. Puedes ser veloz o lento, puedes tener muchas cosas o pocas, puedes ver como un lince o tener poca vista como os topos.

Puedes escuchar en la noche como los lobos o entender el lenguaje de las manos. Puedes ser hábil como las arañas o inteligente y reflexivo como los búhos. Puedes ser diferente y especial.

Lo importante es que serás lo que tú quieras ser, porque tienes derecho a tener una vida feliz.
A lo largo de la vida te encontrarás con cientos de personas distintas, te cruzarás con niños y
niñas, personas y todas diferentes e importantes.

Haz que siempre se sientan respetados y queridos porque, entre otras cosas, tú también eres
diferente y eso es lo normal
.”

En esta escuela que tenemos hay que apostar por los distintos, con los medios adecuados, con el profesorado permanente y necesario, habiendo valoraciones y diagnósticos, así como la aplicación de los Programas necesarios con prontitud y eficiencia, no demorando los tiempos y prestando al maestro los apoyos específicos necesarios para que no aumentemos la distancia y los hagamos más diferentes. Si no apostamos por ello, no lo vendamos en el mercado como una idea bonita y espléndida porque lo que hacemos es ponernos al servicio de un engaño, sin dar los resultados adecuados y pagar directamente las consecuencias.

Estas personas tienen corazón, tienen sentimientos, tienen vida y muchas veces los despreciamos porque son distintos. Nos creemos superiores, importantes, con capacidades y
muchas veces, si hurgamos en el interior, somos igualmente diferentes, distintos cada uno.

Por eso el respecto y la tolerancia deben ser la base de la convivencia y en la convivencia caben todos. No somos la verdad y los demás, la mentira. Somos distintos y cada uno con una
experiencia que sólo cada uno ha vivido y por eso debe ser respetada. A ser maestro se aprende a través de la experiencia, del creer, del querer, del saber y de poder.

Por ello, muchos que se aventuran a opinar, deberían primero saber que ser maestro no
es un juego, es un arte, como tantas veces decimos. ¡Todos distintos pero importantes!

Paco Llopis Maestro

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