La Federación provincial de Ecologistas en Acción hace público su rechazo a la eliminación de algo más de 2 ha. de carrizal en el paraje conocido como La Carrizosa, dentro de la Reserva Natural del lago de Zóñar, prevista en el proyecto de Restauración de Hábitats en Humedales de la Provincia de Córdoba realizado por la delegación territorial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul que actualmente se encuentra en licitación pública.
La idea de convertir en laguna este espacio natural choca frontalmente con el valor ecológico de este singular ecosistema palustre constituido fundamentalmente por carrizo (Phragmites australis).
La importancia de estas formaciones vegetales en el medio ambiente radica en su capacidad para brindar diversos servicios ecosistémicos, como la protección de los suelos contra la erosión, la provisión de hábitats para una amplia gama de especies animales y vegetales y la regulación del ciclo hidrológico. Desempeñan un papel fundamental en la conservación de la biodiversidad, ya que proporcionan refugio y alimento para numerosas especies de aves, mamíferos, reptiles e insectos.
Además, estas formaciones vegetales actúan como filtros naturales, mejorando la calidad del agua al absorber y retener contaminantes como nutrientes y sedimentos. Su abundante biomasa también contribuye a la captura y almacenamiento de carbono, ayudando a mitigar el cambio climático.
Estas masas de vegetación naturales juegan un papel de suma importancia en la supervivencia de las aves paseriformes ya que el uso indiscriminado de insecticidas y herbicidas en los cultivos hacen que la densidad de insectos sea muy baja.
También La Carrizosa constituye una barrera natural para los sedimentos producto de la erosión procedentes del Caño del Lobo, y que de no estar llegarían directamente a la cubeta del lago.
Para mejorar el valor ecológico y la biodiversidad del carrizal de Zóñar, Ecologistas en Acción propone sustituir la masa de cañaveral (Arundo donax) de La Carrizosa, considerada como especie exótica invasiva, por la repoblación arbórea de sauces, tarajes, álamos, almeces, pinos piñoneros o fresnos que favorezcan una cobertura permanente y un nicho interesante desde el punto de vista de la avifauna forestal, incluidas las rapaces pequeñas y de mediano tamaño.
Y para proporcionar alimento no solo a las aves sino a muchos insectos que comen néctar o polen, EeA propone perimetrar la zona con un seto arbustivo de zarzas, rosal silvestre, lentisco, mirto o madreselvas, que tienen una fructificación muy potente en otoño/invierno o una abundante producción de néctar.