Coincidiendo con el V Centenario de la muerte de Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gobierno de España, a través de su Ministerio de Defensa y de su Estado Mayor de la Defensa, decidió que las instalaciones utilizadas por el contingente español en la base de Besmayah en Iraq, fuesen conocidas como “Base Gran Capitán” en honor a este soldado, que obtuvo su sobrenombre por aclamación de sus hombres durante la conquista de “Roca Guillermo” en Italia.
Ayer, 30 de abril, se celebró una ceremonia militar en la que se oficializó el nombre de la base. Junto a los soldados españoles, formó una sección del ejército iraquí y una representación estadounidense e italiana. Asistió un número importante de altos mandos de la 16 División del Ejército iraquí y jefes de su unidad subordinada, la Brigada 92, cuyo adiestramiento se viene realizando bajo liderazgo español desde el pasado 14 de marzo.
El acto, al frente del cual estuvo el coronel Julio Salom, jefe del contingente español desplegado en Iraq, vivió uno de sus momentos más emotivos con el toque de oración, cuyo origen se sitúa en el año 1503 cuando, al concluir la Batalla de “Ceriñola” y al observar el campo lleno de cadáveres, Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, ordenó que ese día a la puesta de sol y en lo sucesivo, se dieran tres toques de atención prolongados para que todos rezaran por los muertos caídos en batalla.
Desde entonces, en todas las instalaciones militares, dentro y fuera del Territorio Nacional, el toque de oración se interpreta diariamente al ocaso del día para homenajear a los soldados de todos los tiempos. En esta ocasión en Iraq, a miles de kilómetros de España se recordó especialmente al Gran Capitán.
Semblanza histórica
Gonzalo Fernández de Córdoba fue un ilustre militar que, al servicio de los Reyes Católicos, destacó en la toma de Granada y posteriormente en las guerras de Italia contra el Ejército Francés. Revolucionó la forma de combatir a nivel mundial creando un Ejército que escribió, desde el punto de vista militar, las páginas más gloriosas de la historia de España.
Dio una importancia primordial a la formación moral y al adiestramiento de sus hombres con una disciplina rigurosa, haciendo que prendiese en ellos el orgullo de Unidad o Cuerpo.
El Gran Capitán estableció el “Código del soldado” que hizo de la Infantería española una máquina formidable, dominadora de los campos de batalla durante una larga época. Este código sigue vigente en la actualidad y aspectos recogidos en el mismo, como la dignidad personal, la austeridad, el estoicismo, el sentido del honor y el amor a la patria, quedaron reflejados en los soldados que a lo largo de la historia han formado en las filas del Ejército Español.
