Llega el Día de María Auxiliadora

Con cada 24 de Mayo llega el día grande de los fieles de María Auxiliadora, advocación salesiana pero que incluye a todo cristiano de voto de la Virgen María.

La Virgen de Don Bosco
La advocación mariana de Auxilio de los Cristianos está especialmente ligada a San Juan Bosco, fundador de la Familia Salesiana e impulsor de esta devoción: «La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora: los tiempos que corren son tan aciagos que tenemos necesidad de que la Virgen nos ayude a conservar y a defender la fe cristiana«. Salesianos, Salesianas y la Familia Salesiana en general han conservado este cariño por la Auxiliadora desde entonces.

Un poco de historia
El primero que llamó a la Virgen María con el título de «Auxiliadora» fue San Juan Crisóstomo, en Constantinopla en al año 345, el dice: «Tú, María, eres auxilio potentísimo de Dios«, siendo San Sabas en el año 532, el que narra que en oriente había una imagen de la Virgen que era llamada «Auxiliadora de los enfermos», porque junto a ella se obraban muchas curaciones.

San Juan Damasceno en el año 749 fue el primero en propagar la jaculatoria: «María Auxiliadora , rogad por nosotros». Y repite: la virgen es «auxiliadora para evitar males y peligros y auxiliadora para conseguir la salvación«.

En el año 1572, el Papa San Pió quinto ordenó que en todo el mundo católico se rezara en las letanias la advocación » María Auxiliadora, rogad, por nosotros«, porque en ese año Nuestra Señora libró prodigiosamente en la batalla de Lepanto a toda la cristiandad que venía a ser destruida por un ejército mahometano de 282 barcos y 88.000 soldados.

En 1814, el Papa Pío VII, prisionero del general Napoleón, prometió a la Virgen que el día que llegara a Roma, en libertad, lo declararía fiesta de María Auxiliadora. Inesperadamente el pontífice quedó libre, y llegó a Roma el 24 de mayo. Desde entonces quedó declarado el 24 de mayo como día de María Auxiliadora.

En 1860 la Santísima Virgen se aparece a San Juan Bosco y le dice que quiere ser honrada con el título de «Auxiliadora», y le señala el sitio para que le construya en Turín, Italia, un templo.

En 1863 Don Bosco comienza la construcción de la iglesia en Turín. Todo su capital era de cuarenta céntimos, y esa fue la primera paga que hizo al constructor. Cinco años más tarde, el 9 de junio de 1868, tuvo lugar la consagración del templo. Lo que sorprendió a Don Bosco primero y luego al mundo entero fue que María Auxiliadora se había construido su propia casa, para irradiar desde allí su patrocinio. Don Bosco llegará a decir: «No existe un ladrillo que no sea señal de alguna gracia«.

Hoy, salesianos y salesianas, fieles al espíritu de sus fundadores  y a través de las diversas obras que llevan entre manos siguen proponiendo como ejemplo, amparo y estímulo en la evangelización de los pueblos el auxilio que viene de Santa María.

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