Victimas de la administración

Lunes 27 de Septiembre de 2021, es temprano, la familia Ruz Vallejo va a dar comienzo a la rutina diaria del desayuno previa a acudir a sus quehaceres diarios. Pedro, tiene una pequeña tienda en el centro de la localidad y María que es criminóloga asesora de un importante bufete jurídico de la capital, a sus trabajos, su hijo Francisco Solano, a los entrenamientos de ciclismo con la peña, este verano ha decidido mejorar en lo deportivo.

Fuera las máquinas de la obra de acondicionamiento de la calle principal del municipio ya han comenzado el ruido habitual. Pedro indignado dice a María:

La situación es insoportable, ruido, polvo y además esto después de todo lo que llevamos pasando con el puñetero virus de los….

– Tranquilo Pedro, de peores situaciones hemos salido y ahora toca tener paciencia.

– Si María de peores, pero éramos más jóvenes, ahora cada día queda menos tiempo para recomponerse.

Papá, mamá tiene razón, ha habido cosas peores y además estas obras son por el bien común, a la larga seguro que todo se normaliza e incluso mejoran.

Dios te escuche hijo porque las cuentas hace demasiado que no salen. Me siento una víctima de la administración, hacen lo que quieren sin contar con la opinión de nadie.

María se echa las manos a la cara; Te has pasado Pedro, te has pasado. Qué víctima, ni qué niño muerto, deja de decir tonterías y vamos a ponernos en marcha que al final nos coge el toro.

Pensará el lector que esta ficción puede ser exagerada y que la administración nunca va a actuar de forma que provoque en las personas una situación de victimización. Pues “va vuestra merced muy errado en esta cuenta” que diría Sancho al hidalgo Alonso Quijano, …, venga va D. Quijote para los que vieron los dibujos animados.

En criminológica hay toda una disciplina que estudia los procesos de victimización, donde se establecen varios niveles, y que determina que a causa de la actuación de la administración, una persona puede ser víctima. Voy a ir concretando.

Todos entendemos que si una persona es agredida sexualmente por otra, será considerada VICTIMA PRIMARIA, es la que ha recibido el perjuicio de la acción delictiva.

A partir de aquí es donde entra en juego la administración, o más bien los mecanismos que se han ido implantando con el paso de los años y que llevan a que esta persona, que pudiera estar herida gravemente, frustrada, le han quitado parte de su libertad, e incluso temerosa, que te agredan sexualmente no es una experiencia agradable, a que se enfrente a una serie de preguntas que se le realizan por parte de los cuerpos policiales para que pueda presentar la denuncia, teniendo que revivir todo lo ocurrido.

Pero no termina la cosa aquí porque a posterior tendrá que presentarse ante la autoridad judicial que volverá a cuestionarla sobre los mismos hechos, volviendo a tener que recordar toda la situación vivida y por si fuera poco, será evaluada por el cuerpo forense del juzgado para determinar el daño producido. Es evidente que la operatividad de la administración está llevando a esta persona a que vuelva a ser víctima de lo ya ocurrido, es lo que en victimología se denomina VICTIMIZACION SECUNDARIA y es obvio que hay que revisar ciertos protocolos de actuación para evitarlo.

Por último, la denominada VICTIMIZACION TERCIARIA, en este caso la administración actúa de forma indirecta. Me refiero a la victimización que se produce en las personas que están relacionadas con los autores o las víctimas. El padre de la víctima, por ejemplo, sufrirá por la misma, por la lentitud de la justicia, por tener que ver como nuevamente ésta debe revivir lo sucedido e incluso porque han quedado secuelas psicológicas. Pero la familia de los autores, y estos mismos, también entran en la rueda de las víctimas, la persona autora va a ser señalada por la sociedad, y etiquetada, y con ella todo su entorno, todos sabemos que si mi amigo es un ladrón es porque toda su familia lo es, claro claro.

Cuestión aparte es el mal funcionamiento de la justicia que lleva a que se produzcan situaciones de victimización, como es el caso de Sandro Rosell, expresidente del Futbol Club Barcelona y empresario, que pasó más de 2 años en prisión provisional hasta que fue absuelto de todos los cargos que se le imputaban. Claramente este señor ha sido víctima de una mala gestión de la administración, este si que le daría la razón a nuestro protagonista Pedro.

Salvador Lao
Asesor criminólogo

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