A menudo nos han interpelado por qué siendo catalanes, nos hemos venido negando a aceptar una consulta en los términos que el President Mas anunció unilateralmente hace escasos meses. Y no solo catalanes que desean legítimamente que nos separemos del resto de España, sino otros españoles que entienden que un derecho tan esencial como el de votar no se le puede impedir a nadie.
Nosotros siempre hemos apostado claramente por una democracia plena y por incrementar los cauces de participación ciudadana, también con consultas en las que una determinada población deba decidir sobre aquello que les compete y que no tiene, en este sentido, ninguna repercusión en ciudadanos de otros territorios. Nos parece muy positivo que se pregunte, por tanto, a los habitantes de una determinada localidad sobre temas de la misma, como es positivo que se haga en una determinada comarca, comunidad o en el conjunto de España si la ciudadanía lo requiere. Nuestra Constitución en este sentido es muy abierta y al mismo tiempo muy precisa.
Lo que entiende cualquiera, a poco que se le plantee, es que los ciudadanos de una determinada comunidad no pueden decidir sobre cuestiones que afectan a todos los españoles; como tampoco sería aceptable que con una determinada consulta se intentara cambiar las reglas del juego democrático o el marco constitucional que son los que enmarcan y amparan la democracia y la convivencia de todos. Serían todos los españoles los que a través de los mecanismos de reforma los que decidirían, de nuevo y en última instancia, los cambios pertinentes en nuestra actual Constitución.
Ante el sucedáneo a la consulta trampa para este 9 de noviembre, y que unánimemente el Tribunal Constitucional suspendió cautelarmente, continuamos pensando que es un fraude, aun mayor si cabe y con menos garantías incluso. Frente a este desafío ilegal, creemos que la actitud del gobierno catalán, vulnerando leyes y sentencias, es muy grave y por eso volvemos a recomendar a la ciudadanía de Cataluña que no participe en modo alguno en este despropósito.La inmensa mayoría de los catalanes, así como el conjunto de los españoles, somos ciudadanos sensatos y responsables, y es por ello que no vamos a participar ni colaborar en actos ilegales, antidemocráticos y perjudiciales para todos. Y porque creemos que es lo más conveniente, tampoco iremos a votar a favor de la unidad de España, como lo haríamos en una consulta legal, porque haciéndolo en un ‘proceso participativo’ de dudosa credibilidad y ciertamente antidemocrático, estaríamos legitimando con nuestra participación un acto ilegal y, lo que es peor aun, dando carta de naturaleza a la posibilidad que unilateralmente los separatistas decidan cómo, cuándo y con qué separarse; siendo este nuevo paso irresponsable un nuevo eslabón de la deriva rupturista sin el más mínimo debate plural, honesto y democrático de la misma.
Por si fuera poco, este se agrava con el hecho de que no se ha convocado oficialmente, ni el Sr. Mas ni ningún miembro de su gobierno han firmado nada, aunque han venido gastando ingentes recursos públicos para ello. En una permanente ceremonia de la confusión han querido mostrar astucia, cuando lo que nos han dado son grandes dosis de cinismo, incapacidad y falta de compromiso, trasladando a los miembros de la comunidad educativa, miembros de los mossos d’esquadra y otros funcionarios la responsabilidad de un acto ilegal.
Pesan también, y muy negativamente, las escasas garantías previas que se han venido dando durante años, con unas administraciones mandadas por nacionalistas catalanes empecinados a gastar lo que no tienen en campañas partidistas, mostrando una falta total de neutralidad, favoreciendo, permitiendo e incluso financiando actos que nada tienen que ver con sus funciones y que apuesta por una determinada vía. Una vía insistimos en ello tan legítima como cualquier otra, pero que no tenemos que pagar todos los ciudadanos y mucho menos que a través de ella se amenace, insulte o agreda a los ciudadanos, grupos y partidos que no comulgan con sus tesis de división y ruptura. En este sentido, las denuncias de malversación y dilapidación de recursos públicos, manipulación, adoctrinamiento, intentos de crear crispación gratuita, imparcialidad, engaños y juego sucio se han venido sucediendo reiteradamente. Y a pesar de todo ello y muy a pesar de los nacionalistas excluyentes, la inmensa mayoría de catalanes se siente y se dice española.
Por eso hoy 8 de noviembre de 2014, estaremos frente al Ayuntamiento de Teruel y muchos otros ayuntamientos de nuestra geografía, para manifestar con civismo, alto y claro, que apostamos por todo lo que nos une, por continuar este gran proyecto de hermandad con Aragón, Cataluña y las demás comunidades de España. Defendiendo una apuesta clara por los valores que fundamentan nuestra democracia y que nos unen a todos en positivo: el respeto, el entendimiento, la fraternidad, la lealtad, la legalidad, la solidaridad, el beneficio común y el rico patrimonio compartido.
Otras intervenciones de Manel:
- Conferencia Movimiento cívico España y catalanes
- Cataluña, nuevo fraude en toda regla y reiterada ceremonia de la confusión
Manuel Parra Cabello
Miembro de Movimiento Cívico de España y catalanes
