Juanito había rematado un centro de Maleno en el 18’ para creérnoslo. Estábamos a un paso de la Copa Andalucía, pero el CD Rincón no iba a rendirse fácilmente y empató justo antes del descanso con un fuerte disparo de Pepe Capitán que mandaba el balón al fondo de la red.
No tocaba desfallecer, encerrarse atrás o pensar que se nos escapaba el título. Tocaba luchar, sufrir y atacar. Justo lo que hicieron los 11 jugadores con la camiseta auireverde.
Después de alguna que otra parada milagrosa por parte de ambos cancerberos, el sacrificio de los vitivinícolas tuvo su recompensa. Jugadón de Tate, que acaba siendo derribado en el área cerca del minuto 75.
El pitido del árbitro nos daba una oportunidad de oro. La tensión se vive en las gradas. Pero, Santi Rosa, como si fuera un día más en la oficina, mete un zurdazo al lado derecho del portero, que se deja caer a su izquierda.
2-1, hay que aguantar. Un cuarto de hora siendo un bloque, resistiendo, luchando juntos. El árbitro da por finalizado el partido y el nerviosismo de la grada se convierte en festejo. Somos campeones de Andalucía.
Los protagonistas, satisfechos. La afición, entregada. “Con dos cojones nos trajimos la copa a casa”. Esa es la frase que se grita desde el vestuario y la que mejor define esta gesta. La Copa de Andalucía se ganó con cojones y el aliento de una afición orgullosa de su equipo.
Moral alta para empezar la liga
Podríamos decir que este Montilla de Garrido, aquel que dejó encarrilado Jesús Fernández, rueda a la velocidad del fórmula 1 que José Luis Casas presentó en Bodegas Pérez Barquero. Veremos a lo largo de la temporada si consigue llegar a los 220 km por hora del bólido, aunque ya sabemos que el equipo tiene potencia.
Además de traerse la copa a casa, la plantilla llega después de pasar un fin de semana como equipo que ha servido “para que los nuevos se acoplen al grupo”. Así comienzan las buenas historias y ésta no ha podido empezar mejor. Después de otro triunfo en el primer partido de liga contra el Atlético Central, ya se habla de favoritos para un ascenso que se quedó muy cerca la temporada pasada.
Es cierto, hay que mantener los pies en el suelo, que no pese el cartel de favoritos. Aunque, señores ¿Por qué no? Ilusionemos al municipal.
Éste es un Montilla al que, de momento, solo se le podría acusar de publicidad engañosa porque de Montilla tiene poco, o mejor dicho, a pocos. Si no me equivoco, de 21 jugadores, tres son montillanos, una idea de equipo muy diferente a la que nos llevó a los mejores momentos del club. El problema: un árbol sin raíces suele besar el suelo cuando llega el mal tiempo.
Solo falta por escribir los siguientes capítulos de un libro que desvelará dos cosas: si la buena racha sigue en liga para perfilarse como uno de los posibles campeones y si el conjunto de Garrido tirará de épica para llegar a jugar la Copa del Rey.
Les recuerdo, señores, que, a un partido, todo puede pasar; que el Alcorcón le metió cuatro al Madrid; que el Mirandés de 2ºB llegó a semifinales de Copa del Rey; que, por rememorar alguna gesta bíblica, David derrotó a Goliat; y que todo puede pasar en este maravilloso deporte que es el fútbol.
Así que ¿Por qué no?
Paco Cobos