El Sindicato de Enfermería, SATSE, ha posibilitado los recursos para adquirir 100.000 mascarillas, o el material de protección que el Ministerio de Sanidad considere oportuno, para colaborar en la mejora de los equipos que deben tener todos los profesionales sanitarios que atienden y cuidan diariamente a las personas contagiadas o sospechosas de tener el Covid-19.
En una carta dirigida el pasado 25 de marzo al ministro de Sanidad, Salvador Illa, el presidente de SATSE, Manuel Cascos, le trasladó la disponibilidad de la organización sindical a colaborar en la mejora de la
protección que todos los profesionales sanitarios necesitan en su labor
diaria de atender y cuidar a las personas y compañeras y compañeros
afectados por el coronavirus.
En concreto, el Sindicato propuso al titular de Sanidad materializar esta
colaboración con la adquisición por su parte de uno de los elementos
fundamentales del material de protección, como son las mascarillas, al
seguir constatado su insuficiencia en los hospitales, centros sanitarios y
otros centros sanitarios y sociosanitarios de todo el Estado.
SATSE ha venido denunciando desde el inicio de la crisis sanitaria la falta de los suficientes equipos de protección individual (EPIs), compuestos por
mascarillas, guantes, batas y gafas protectoras, por el grave riesgo que
supone para la salud y seguridad de las enfermeras y enfermeros, y del
resto de profesionales sanitarios, así como de las personas de su entorno
(pacientes, familiares, compañeros de trabajo…).
Además de denunciar esta situación ante las administraciones nacionales e
instancias internacionales, como la Unión Europea o la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), la organización sindical ha querido
colaborar para paliar esta lamentable situación con la donación de material
de protección, que espera que el Gobierno distribuya convenientemente, y
con urgencia, en función de las necesidades existentes.
“Nuestros profesionales sanitarios son el principal y mejor recurso para
luchar contra esta pandemia y si ellas y ellos no están protegidos, los
riesgos de contagio y desatención se multiplican. No debemos permitir que
ningún sanitario desempeñe su decisiva labor poniendo en riesgo su
seguridad y salud, y la de su entorno familiar, con material inadecuado,
como bolsas de basura o de papel a modo de batas, porque lo que está en
juego es la seguridad y salud de todos”, concluye.