El Hospital Universitario Reina Sofía y la Universidad de Córdoba han informado esta mañana sobre la previsión de la evolución del polen de cara a la primavera. Como en años anteriores, especialistas en ambas instituciones han dado a conocer estos datos y los principales consejos para las personas con alergia y sensibles a los diferentes tipos de polen de nuestro entorno.
La directora médica del hospital, Elena García, la jefa de sección de Alergología del Hospital Universitario Reina Sofía, Berta Ruiz, y la catedrática del departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal de la Universidad de Córdoba (UCO), Carmen Galán, han participado en esta rueda de prensa.
La directora médica del hospital ha explicado que los pacientes con algún tipo de alergia respiratoria comienzan especialmente en estas fechas a enfrentarse a una de las peores épocas del año. Precisamente por ello, el hospital y la UCO han querido ofrecer una información completa que permita a todas las personas afectadas por algún tipo de alergia respiratoria contar con toda la información en cuanto a la evolución de la incidencia de polen se refiere y, también, aprovechar la ocasión para recordar las principales recomendaciones de utilidad de cara a controlar los síntomas y poder llevar una vida lo más normalizada posible. Precisamente, para ofrecer la mayor accesibilidad posible a esta información tan sensible en esta época del año, el Servicio Andaluz de Salud pone a disposición de todas las personas interesadas información de servicio a través de la App gratuita de Salud Responde.
En este sentido, la doctora Berta Ruiz ha hecho un llamamiento a los pacientes con alergias respiratorias destacando la importancia de la adherencia al tratamiento, “es clave que ninguna persona con alergia abandone la medicación y, por supuesto, que se vacunen cuando esté indicado con la dosis correcta y durante un periodo de tiempo adecuado –ya que es éste el tratamiento más eficaz para hacer frente a las alergias-”.
En esta línea, la especialista ha explicado que “es importante valorar cada caso y seleccionar a los pacientes que pueden beneficiarse de la inmunoterapia, por lo que tanto el verano como el otoño próximo serían un buen momento para que los alérgicos al polen que hayan pasado una mala primavera fueran estudiados”.
Por su parte, la doctora Galán ha expuesto las previsiones de la incidencia de polen para esta primavera destacando que los factores ambientales están modificando el mapa de polinización, ya que “la falta de agua, y las altas temperaturas alcanzadas durante el pasado invierno, un invierno más cálido de lo normal, han provocado un adelanto de floración de algunas especies herbáceas primaverales, sin embargo, otras especies herbáceas propias de floración invernal se han retrasado por la falta de agua; se trata de especies que dependen de forma más directa de la disponibilidad de agua”.
En cuanto a los niveles de concentración de polen, “hay que señalar que la sequía prolongada que estamos viviendo está jugando también un papel especial, provocando que los niveles de concentración de polen no lleguen a valores tan altos como en años previos”. Carmen Galán ha recordado que los interesados tienen a su disposición mapas actualizados en los que pueden consultar los niveles de polen que existen en la web en la que se muestra el mapa y la previsión de evolución de los mismos, así como descargarse la App específica para tenerlo más accesible.
Ciprés y urticáceas
En este contexto, Carmen Galán ha explicado que, aunque no se han observado cambios en el periodo de polinización del ciprés, responsable de la alergia invernal, durante este invierno hemos estado menos expuestos a estos granos de polen; sin embargo, la falta de lluvia ha permitido una exposición continua a este polen, provocando problemas de alergia. “las concentraciones más elevadas de polen se detectaron a mediados del mes de febrero, pero en niveles inferiores a la media de series históricas de las últimas décadas. En este momento podemos considerar la estación está finalizada”.
En el caso del plátano de sombra, un árbol que florece durante la primavera temprana, y cuenta con una liberación de polen explosiva, el comienzo este año ha sido a mediados de mes, esperando las altas concentraciones de polen durante la semana pasada. Sin embargo, las intensas lluvias de esa semana han evitado la liberación de polen por parte del árbol y, la poca cantidad de polen liberada ha estado sujeta a un lavado de la atmósfera, por lo que prácticamente no hemos estado expuestos. Durante esta semana se espera que los niveles de polen sean algo más elevados, aunque no llegarán a alcanzar concentraciones altas, en comparación con otros años. La estación polínica no se prolongará durante la segunda quincena del mes de abril.
La doctora Galán ha destacado también la situación que se está experimentando con las urticáceas. En este sentido, señala que “llama la atención la presencia de una mayor concentración de polen de urticáceas, donde se encuentran representadas las ortigas y la parietaria. El polen de parietaria es considerado como alérgico, especialmente en el área mediterránea. Estas especies se caracterizan por la posibilidad de reaccionar de manera rápida a los cambios del tiempo, por lo que los cortos periodos de tiempo con lluvias han permitido que estas plantas los aprovechen para florecer y liberar granos de polen al aire en concentraciones más elevadas de lo normal”.
En cuanto a las gramíneas, señala que las especies de floración temprana han comenzado a florecer, “aunque durante este periodo de tiempo se están registrando solo valores bajos, la mayoría de las especies de gramíneas florecen en primavera. Las gramíneas responden de forma más directa a la falta de disponibilidad de agua, no llegando a florecer hasta contar con suficiente agua para asegurar éxito en su floración”.
Las lluvias de la semana pasada van a permitir que estas especies aprovechen para florecer, “aunque la floración llega con cierto retraso, y de momento no se alcanzarán valores elevados, en breve comenzaremos a estar expuestos a estos granos de polen y la intensidad en la exposición dependerá del tiempo. En el caso del olivo, al tratarse de un árbol bien adaptado a nuestro clima y a técnicas agrícolas, responde de forma más clara a la temperatura que a la disponibilidad de agua. Después de dos años con una pobre floración, durante este año se espera una mayor intensidad en la floración, favorecida, además, por la disponibilidad de agua.
Datos asistenciales
Este contexto medioambiental tiene su repercusión en el ámbito asistencial. En este sentido, la sección de Alergia del Hospital Universitario Reina Sofía atiende a pacientes derivados de toda la provincia de Córdoba, donde se estima que pueda haber unas 160.000 personas con alergias respiratorias, de los que en torno al 62,5%, unos 100.000, pueden serlo al polen. Del total de personas con alergia respiratoria al polen, el 80% lo son al olivo, el 70% a las gramíneas, seguidos de salsola, del plátano de sombra y del ciprés.
La Unidad de Alergia del complejo sanitario cordobés puede identificarlos correctamente tras ser derivados desde Atención Primaria o desde otras especialidades. La doctora Ruiz señala que en torno a un 35% de los pacientes derivados a la unidad son por sospecha de alergias respiratorias, pudiendo encontrarse un abanico de manifestaciones de gravedad muy variable. Sólo algunos pacientes, con una combinación determinada de síntomas y perfil de sensibilización, precisan inmunoterapia (vacunas).
En este sentido, es importante recordar que la efectividad de las vacunas “ha aumentado mucho en los últimos años gracias al mayor conocimiento de esta patología y de los pacientes”, prosigue.
Esta efectividad se traduce directamente en la vida diaria de la persona con alergia. Así, un paciente que se vacune desarrollará probablemente menos síntomas, aumentando su umbral de tolerancia cuando se enfrente al polen y tendrá mejor calidad de vida, ya que podrá permanecer más tiempo al aire libre, tolerará mejor el ejercicio físico, dormirá mejor o necesitará menos medicación.
Su eficacia persiste incluso años después de acabar con su administración. Además, la vacuna aporta otras ventajas como detener la progresión de la enfermedad, que cuando evoluciona sin control puede llevar al paciente a padecer asma, a enfrentarse a crisis de gravedad o al desarrollo de reacciones alérgicas a alimentos vegetales, una consecuencia cada vez más frecuente.
Por otro lado, la jefa de la sección aclara que “no hay que confundir las verdaderas alergias con las pruebas múltiplemente positivas. Es decir, tener muchos positivos no significa tener muchas alergias”. Hay pólenes que contienen la misma proteína (alérgenos) y pueden dar positivo en las pruebas cutáneas. En estos casos, los especialistas proceden a desarrollar técnicas moleculares en una muestra sanguínea (diagnóstico molecular) para determinar si los positivos cutáneos responden a una alergia del paciente o no.
Esto es así porque el diagnóstico está basado en las proteínas, no en el tipo de polen. Este aspecto es sumamente importante, porque podemos conocer el alérgeno principal causante del problema y en base a ello indicar una vacuna personalizada para cada paciente. Así, gracias al diagnóstico basado en las proteínas se pueden diferenciar tipos de pacientes por áreas geográficas.
Por ejemplo, tomando como referencia el olivo, los pacientes de la mitad norte de la provincia de Córdoba son predominantemente alérgicos a una proteína al polen de olivo (Ole e 1).
Sin embargo, los pacientes de la Subbética son alérgicos a tres (Ole e 1, Ole e 7 y Ole e 9) y en estas áreas de polinización extrema de olivo, se produce una forma de la enfermedad por alergia al polen de olivo de particular complejidad, definida por una mayor incidencia de asma grave, con peor respuesta clínica al tratamiento farmacológico y a la inmunoterapia.
Desde el servicio de Alergia se trabaja en la búsqueda de nuevos protocolos de tratamiento que mejorarían la calidad de vida de estos pacientes. “Actualmente hemos iniciado un proyecto nacional financiado por el Instituto de Salud Carlos III llevado a cabo por nuestro grupo de investigación GC01 Inmunoalergia del IMIBIC, de forma multidisciplinar con otro grupo de investigación potente, que analiza un panel de biomarcadores inflamatorios a lo largo de un curso de tratamiento personalizado en pacientes con asma grave por el polen de olivo sensibilizados al alérgeno minoritario Ole e 7”.
Factores de riesgo
La alergia es una enfermedad de sociedades desarrolladas, en las que las comunicaciones han propiciado un mundo globalizado que se extrapola también al ámbito de las enfermedades. Como ejemplo, la doctora Ruiz ha señalado el uso de semillas como la quinoa, el sésamo, chía y el lino que no se usaban hace años o el consumo de insectos que en la actualidad es una tendencia alimentaria en auge, aunque aún no extendida globalmente.
Otro de los grandes factores que impacta directamente en la incidencia de la alergia es el cambio climático. En este sentido, la doctora Galán explica que “se están produciendo una serie de perversiones en la naturaleza que repercuten en los pacientes alérgicos”.
Ejemplo de ello es que los calendarios de polinización pueden llegar a ser imprevisibles porque las plantas pueden tener floraciones extemporáneas y esto provoca que los pacientes acusen los síntomas con una temporalidad no prevista.