Maletas, oyentes y likes

Las maletas son sinónimo de mudanza, de viaje. De cambio. Los cambios, esos de los que se dice que siempre son buenos, se apiñan sentándose encima de la maleta y pidiendo ayuda divina para cerrar la cremallera sin apenas tiempo para digerirlos.

Las maletas son esas evidencias capaces de acreditar un camino que avanza sin realizar demasiados aspavientos para no llamar la atención de un mundo indiferente que pone el ojo sobre lo que, en el día a día, te influye menos pero parece que preocupa más.

Valijas que se apoyan sobre ruedas con un kilometraje inasumible para tener un diámetro de un par de centímetros y que se cosecha entre el coche y el tren, el metro y el aeropuerto o la estación de autobuses y el punto de encuentro del Bla Bla Car. Esas ruedas son los resortes de los nuevos comienzos. Fieles acompañantes del buen viajero, y del malo también.

Neumáticos del cambio que no obedecen a intereses políticos. Circunferencias emigrantes que ruedan sin descanso en meses de verano en los que se fraccionan las estancias a golpe de bisturí contando las horas de viaje entre la playa, la mesa electoral y la vuelta al chiringuito.

Yo siempre he considerado que el año comienza ahora y no en enero, ya con todo el pescado vendido. Julio y agosto son los meses en los que se planifican los proyectos. En los escasos 30 minutos en los que se tarda en volcar un armario sobre el equipaje se deciden los movimientos a llevar a cabo durante un largo ejercicio fiscal.

No se hace una maleta por que sí. No se elige tu camisa o vestido favorito por llevarlo contigo, sino que se decide llevar con un fin. El cómo y el dónde es cosa de cada quién. Si bien es para la fiesta a la que va la chica que te gusta o para un 14 de julio en el que quieres quitarle protagonismo al mismísimo San Francisco Solano, escoges la opción que más te cuadra.

Entretanto, mientras tú decides si echar la camisa azul o la roja, el mundo sigue girando y se decide entre Sánchez o Feijóo, Barceló o Alsina, Lia Siroka o Jonata. Se eligen bandos y se espera apostar por el caballo ganador.

Los primeros se disputan una maleta con forma de palacio que atesora la soberanía del Ejecutivo nacional, la Moncloa. En ella se verá el mandatario que sea capaz de apretar hasta cerrar la cremallera, dando entrada a concesiones ideológicas que seguramente no comparta.

Todo apunta a que el gallego tendrá que hacer menos malabares para ser investido, aunque si hay alguien experto en funambulismos de la política española, ese es el presidente. Capaz de conglomerar a una izquierda radical y otra izquierda supuestamente moderada, nacionalismo vasco, catalán y regionalismo turolense, si es necesario, en un mismo bando.

Los segundos son de esos binomios en los que uno tira la piedra y el otro la esquiva dejando constancia de su habilidad sortear el embate. Así va la cosa: Barceló acusó a uno de los periodistas más imparciales del país de mentir para desgastar a Sánchez y éste, con la calma pertinente, le lanzó un guante. Aquel que pronunció una frase que quedará para la historia, «¿Por qué nos ha mentido usted tanto señor presidente?”, elegantemente retó a la voz de la Cadena SER a un debate sobre periodismo y verdad.

Se podría decir que las palabras de Barceló trajeron cola, e hielos. Los que se echó Alsina para saborear su respuesta a Angels, sabiendo que podría perder oyentes pero no la razón. Barceló, cola e hielos también se bebería la influencer Lia Siroka, que fue captada besándose con otro que no era su novio, también influencer.

Lo aclararon rápido. Resulta que llevaban meses subiendo vídeos juntos como si nada hubiera pasado después de haber dado por terminada su relación. La conclusión, al hilo de la aclaración, también es escueta. La intimidad ha muerto y la verdad se difumina a la hora de conseguir votos, oyentes o likes.

Paco Cobos

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Un comentario en «Maletas, oyentes y likes»

  1. Tu Alcalde, primera Tre Alcade y seguito bien Que se han llenado la maleta subiéndose los sueldos, bueno y los apoyantes una liberada y el resto cobrando que vergüenza presentarse y primero, que voy a ganar?.
    Se suben los sueldos y nos reducen alumbrado de Feria a cambio.

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