El nuevo Hospital de Día de Oncología de Córdoba mejorará la calidad y humanización asistencial

El consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, ha visitado las instalaciones del nuevo Hospital de Día de Oncología de Córdoba, que abrirá sus puertas en las próximas semanas. El nuevo espacio viene a sustituir el actual hospital de día, que se ubica en la planta baja del Hospital Provincial y que comenzó a funcionar hace 13 años.

En su visita, el consejero ha puesto en valor el «gran salto en calidad sanitaria que permitirán las nuevas instalaciones, ya que el espacio destinado a tratamientos crece, al igual que el número de puestos (sillones), pasando de los 24 actuales a los 36 que ofrece el nuevo espacio». Se trata de un incremento muy significativo (permitirá triplicar la superficie pasando de los 280 metros cuadrados actuales a los 800 metros), ha añadido el consejero, «ya que la prevalencia del cáncer va en aumento (entre un 5 y un 7% cada año). Concretamente, cada año los oncólogos del hospital atienden unos 2.600 nuevos casos de cáncer. Por otro lado, los avances técnicos y farmacológicos están permitiendo el incrementar la esperanza de vida».

Este contexto implica que cada vez sean más los pacientes que necesitan tratamiento, por lo que las infraestructuras tienen que crecer a este ritmo. Precisamente, este proyecto viene a dar respuesta a esta realidad. Así, el número de tratamientos diarios que se suministran ha pasado de 70 a 95 en los últimos cuatro años. En total, la Unidad de Oncología administra unos 14.000 tratamientos al año, de los que el 40% tiene una duración superior a dos horas.

Más confort e intimidad

El crecimiento de la superficie permite que además de contar con más puestos de tratamiento, el espacio destinado a esta área sea también mayor que el actual, permitiendo que el paciente esté acompañado durante el tiempo que tiene que permanecer en el hospital, fomentando así la humanización de la asistencia. Actualmente, la escasez de espacio impide que los familiares acompañen a los pacientes, una situación que desaparecerá cuando comience a funcionar el nuevo hospital de día.

El equipamiento también redundará en el incremento del confort de los usuarios, ya que los sillones se pueden adaptar y convertirse en camas en caso de ser necesario. En esta línea, el nuevo hospital de día cuenta con amplias ventanas al exterior, que aportan la máxima luz natural a los espacios. Además, el crecimiento de la superficie permite contar con más zonas comunes, de almacenamiento y de farmacia e incluir zonas de espera dentro del área de consultas (un área que actualmente no existe).

Otro de los valores que aporta el Hospital de Día de Oncología es el cuidado de la intimidad del paciente, un aspecto fundamental teniendo en cuenta que la media del tiempo que el paciente pasa en tratamiento oscila entra las tres y las cinco horas. Este objetivo se consigue a través de la creación de espacios diferenciados que ordenan el flujo de los pacientes y permiten la separación de circuitos de espera y tratamiento. Así, el paciente llega, es llamado por el profesional de recepción a la siguiente zona, que es el acceso a la consulta médica y de enfermería, y después pasa a la zona de tratamiento.

Actualmente, las consultas de especialista y enfermería no están conectadas, ni tampoco tienen su propia área de espera y control, por lo que los flujos de pacientes en tratamiento y en espera de recibirlo están mezclados.

La práctica totalidad de los pacientes con cáncer que pasan por el hospital de día reciben quimioterapia, tratamiento consistente en la administración de fármacos para destruir las células neoplásicas. Otra terapéutica frecuente en estos enfermos es la bioterapia, a base de fármacos que actúan contra nuevas dianas terapéuticas (anticuerpos monoclonales, antiangiogénicos e inmunoterapia, principalmente) que frenan el desarrollo y proliferación de las células tumorales.

Además, según explica el director de la Unidad de Oncología Médica del hospital, Enrique Aranda, en el hospital de día también se administran tratamientos de soporte «tales como los antieméticos, eritropoyetina y clodronato para la afectación ósea, entre otros fármacos».

Distribución y organización

El nuevo hospital contará con seis módulos (con seis sillones cada uno de ellos y la posibilidad de convertirse en camas) comunicados entre sí por un pasillo y compartirán -en la zona central- un puesto de control de Enfermería, el área de Farmacia (de dispensación y preparación de medicación) y una zona de almacenamiento. Esta nueva distribución permite incrementar la seguridad del paciente, mayor control de los tratamientos y personalización de la atención.

Este último aspecto es sumamente importante, según explica el responsable de la unidad, Enrique Aranda, «ya que los nuevos fármacos que se han ido introduciendo durante los últimos años son más eficaces, pero implican una mayor complejidad, control de los mismos y tiempo de administración, por lo que contar con sistemas de dispensación y preparación de medicamentos protocolizados y en la misma zona de tratamiento mejora la atención que se ofrece».

Mejoras en la atención

Además de las mejoras en el espacio, la Unidad de Oncología Médica ha implantado durante este año una batería de medidas destinadas a ordenar el flujo de pacientes y reducir las esperas. Así, se han establecido tramos de tratamientos, de forma escalonada, priorizando a los pacientes frágiles y teniendo en cuenta las preferencias del paciente.

Se trata de una medida muy importante, ya que el 30% de los pacientes en tratamiento ambulatorio presenta algún criterio de fragilidad y el 59% de los mismos reside fuera de la capital. Ahora, gracias a esta medida, los pacientes frágiles pueden ser atendidos antes y los que residen fuera pueden elegir si quieren esperar a recibir tratamiento el mismo día que vienen a consulta o volver otro día para recibir el tratamiento.

Otra de las medidas que ha supuesto una gran mejora en la atención ha sido un ‘turnómetro’, un dispositivo que se ubica en la sala de espera de las consultas que permite registrar información de forma ordenada. Así, cuando el paciente llega a la sala de espera, se dirige al turnómetro y extrae un ticket identificándose con su tarjeta sanitaria. Una vez que la máquina le asigna un código, queda registrado en el sistema, lo que permite al oncólogo que está en consulta saber cuántos pacientes tiene y cuánto tiempo llevan esperando.

Además, se han implantado es la creación de un perfil específico en el área de administración, a fin de atender de forma más personalizada. «Se trata de que a la salida del paciente de la consulta médica se dirija a la persona del mostrador que ese día tiene asignada esa consulta y dé respuesta a todas sus necesidades», ha asegurado. Asimismo, se ha reforzado la plantilla con la incorporación de oncólogos, profesionales de Enfermería y administrativos.

A todas estas mejoras se suma el trabajo que los profesionales de la Unidad de Oncología Médica vienen realizando en la búsqueda de nuevas oportunidades a través de la investigación. Sólo en 2018, este servicio ha colaborado en más de 80 estudios con más de 200 pacientes incluidos (entre estudios observacionales y ensayos clínicos).

Placa DOCOMOMO

Por otro lado, el Hospital Provincial ha recibido la placa DOCOMOMO en reconocimiento como edificio paradigmático de la arquitectura moderna en la ciudad. Esta placa ha sido entregada por el Colegio de Arquitectos que, de esta forma, reconoce el proyecto ideado en los años 60 por los arquitectos cordobeses Rafael de La-Hoz y Gerardo Olivares.

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