Carta de agradecimiento al Hospital de Montilla

Mi nombre es Rosa María Y. J., tengo 50 años y he sido recientemente paciente en el Hospital de Montilla. Ese es el motivo por el que escribo esta carta, de hecho, a modo de agradecimiento por el trato recibido durante estas semanas.

En primer lugar, dar las gracias a la Unidad de Críticos, por su rápida actuación cuando vieron el estado en el que venía. Desde el minuto uno volcados en mí, no dejándome que me fuera. No sé cuánta gente estuvo conmigo porque apenas soy consciente de aquellas horas y lo que vino después, pero me consta que tanto el personal de dentro como fuera tranquilizó en todo momento a quienes me acompañaban y no se rindieron hasta que consiguieron estabilizar mis constantes. Gracias, gracias, y mil gracias mil veces más.

En segundo lugar, dar las gracias también al equipo de la Unidad de Cuidados Especiales, a los celadores, a las enfermeras y enfermeros, a los y la médicos que me atendieron. Gracias por vuestras explicaciones, por estar conmigo día y noche, por preocuparos por mí cuando veíais que mi familia no podía estar conmigo o me dejaban sola un rato para ir a comer.

Gracias por asearme, por entenderme, por tratarme tan bien. Por explicarme, abrirme los ojos.

Y por vuestra empatía a la hora de contarme qué era lo que me había pasado; el trago fue muy duro, pero asumir que estaba tan crítica se llevó mejor gracias a vuestra profesionalidad
y compañía. Y mención especial a los servicios de ambulancia del hospital por exactamente lo mismo. Su agrado, rapidez y compañía.

Al equipo de planta, a las enfermeras que estuvieron conmigo, a los médicos que me atendieron y cirujanos que llevaron a cabo mi operación. Estoy tranquila y contenta porque vuestro trabajo no podía haber sido mejor. No queda casi marca de toda esta pesadilla y estáis haciendo por mi salud más de lo que podría hacer cualquiera.

Al servicio de limpieza, a los celadores de nuevo. Pero mi mención especial es a las enfermeras y auxiliares de la planta que venían a ver cómo estaba cada diez minutos y me animaban en mi recuperación. Cuando tienes dos tubos saliendo del interior de tu cuerpo resulta mucho más fácil asimilarlo si tienes a profesionales que te curan y te explican todo tan bien.

También mención especial a los cirujanos, a mi cirujano, que me explicó todo el proceso a
seguir, día tras día los resultados de mis análisis, los avances y retrocesos, las constantes, los
contratiempos que podían o no surgir en operaciones como esta. Fue esperanzador que viniera a hablar conmigo antes de la operación y que se pusiera en contacto con cirujanos que me habían realizado cirugías anteriores para ver cómo afrontaba este reto. Y al sacerdote que me acompañó después de sus charlas y rezó conmigo cuando sabía que estaba cuanto menos asustada.

Por último, a la Sanidad Pública. Estoy muy orgullosa del funcionamiento del hospital y
deseo de corazón que toda la lucha de los trabajadores y las trabajadoras termine por tener
resultados. Con esta carta quiero mostrar mi apoyo a los trabajadores del sector sanitario
público andaluz, mi más sincero agradecimiento a los trabajadores y trabajadoras del Hospital de Montilla, así como los servicios médicos móviles y demás responsables.

Gracias por darme de nuevo la vida y un cordial saludo,

Rosa María Y. J.

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