El hospital de Montilla fue diseñado sin facilidades para que los médicos de guardia tuvieran un lugar donde poder descansar si la situación de la propia guardia lo permite, “dormitorios médicos”.
Cuando se descubrió el error, y aprovechando el hallazgo casual de un zulo desconocido en el sótano del hospital, se habilitó el espacio para albergar dichas salas de descanso. Es conocido por la dirección que el Sindicato Médico lleva 20 años solicitando que se cambie la ubicación de los cubículos sin ventilación ni luz natural que eufemísticamente llamamos “dormitorios médicos”.
Además de las deficiencias nombradas, es preciso comentar que la salida de los mismos, en caso de incendio, se puede convertir en una ratonera, y que el aislamiento es deficiente, con endebles paredes que no amortiguan los ruidos adecuadamente, por lo que el sonido de los teléfonos de guardia y las conversaciones inherentes al desarrollo de la guardia se escuchan en varios de los cubículos.
Denunciamos también una pobre impermeabilización. En más de una ocasión ha habido filtraciones e inundaciones, y, ayer mismo la lluvia, que no fue torrencial, ocasionó la caída de una placa de yeso del techo en el dormitorio de uno de los compañeros de guardia, que tuvo que abandonar el cubículo por el peligro y la insalubridad. Afortunadamente no le golpeó en la cabeza. Todavía hoy hemos podido comprobar la presencia de un charco en el suelo.
Se da la circunstancia de que se ha terminado la obra de ampliación del hospital de Montilla, con inclusión, esta vez sí, de dormitorios médicos, lo cual ha sido proclamado a los cuatro vientos, pero ahí siguen, desnudas, las habitaciones, mientras los trabajadores encargados de la atención urgente de la comarca se juegan el tipo y la salud en un zulo sin luz ni ventilación natural. Así trata el SAS a sus trabajadores. ¿Hasta cuando? ¿ y nos extraña que los profesionales decidan no trabajar aquí?
Eduardo Tello Arenas
Sindicato Médico