10 recomendaciones prácticas para disfrutar tus vacaciones sin estres

Las vacaciones de verano deberían servir para descansar y desconectar de la rutina diaria para poder dedicarnos exclusivamente a hacer todo aquello que nos apeteciera, pero a veces aprovechamos ese tiempo para terminar aquellas tareas que hemos dejado inconclusas durante el año o simplemente no hemos podido llevar a cabo por falta de horas (o por falta de ganas).

Por ese motivo, la mayoría de nosotros, antes de comenzar con nuestro periodo de descanso elaboramos mentalmente una lista interminable con las tareas que pretendemos realizar (pintar la habitación de los niños, arreglar el  grifo de la cocina, quedar con esa amiga que hace meses que nos vemos, retomar alguna afición…). 

Nos prometemos (una vez más) de este verano, no pasa y ¿qué ocurre? Que el verano pasa y la lista sigue siendo interminable porque no hemos conseguido cumplir con nuestros objetivos.

Consecuencia: terminamos nuestras vacaciones agobiados porque volvemos a la rutina con la sensación de que el tiempo se ha pasado volando y no lo hemos aprovechado lo suficiente.

El hecho de disponer de más horas libres puede convertirse en un arma de doble filo porque tendemos a dejarlo todo para el final, precisamente porque pensamos que nos queda mucho tiempo por delante, por eso es importante que lo gestionemos adecuadamente para aprovecharlo al máximo.playa rota

Hay que intentar encontrar un equilibrio entre lo que nos ha quedado pendiente y nuestro tiempo de descanso para no terminar con un estado de angustia y de estrés mayor que cuando comenzamos las vacaciones.

Para evitar que esto ocurra es conveniente seguir una serie de pautas que os ayudarán a conseguirlo:

  1. Lo más aconsejable es que los primeros días los dediquéis únicamente a descansar. Este tiempo os servirá para desconectar y recargar las pilas. No es necesario que hagáis grandes cosas sino aquello que verdaderamente deseéis (disfrutar de la familia, viajar, leer…). Hay personas incluso que no necesitan hacer nada. Todos sabemos lo que queremos y necesitamos cuando nos prestamos un poco de atención (ahora es el momento porque vais a disponer de más tiempo).
  2. Organízate: Haz una lista con todas las actividades que debes hacer y empieza por aquellas que te supongan un esfuerzo extra (físico y mental) para poder disfrutar plenamente de tus vacaciones una vez que las termines.
  3. Ten muy claros los objetivos y clasifícalos a corto, medio y largo plazo. Descarta aquellos que te vayan a ocupar mucho tiempo, siempre y cuando no sean urgentes. Esto te facilitará administrar mejor tu periodo de descanso.
  4. Si quieres cumplir con lo que te has propuesto, evita en lo posible los llamados «ladrones de tiempo»: son pequeñas actividades que, a veces, sin ser consciente de ello, nos restan tiempo, como ver la televisión sin estar realmente interesados en ningún programa. Otras,  como contestar a los wasaps, navegar por internet o por las redes sociales sin ser estrictamente necesario.
  5. Aprovecha los tiempos muertos (mientras esperas el autobús o viajas en avión, por ejemplo) para realizar pequeñas tareas que sin ser urgentes sí que necesites hacerlas, como consultar tu correo electrónico o planificar la próxima actividad.
  6. Cuando comiences con una actividad, no la dejes a medias con cualquier excusa: por ejemplo, si has decido pintar tú mismo el salón de tu casa, no abandones la tarea porque la pintura se haya terminado.
  7. Sé realista: hay que tener claro desde principio qué tipo de trabajos puedes llevar a cabo y cuáles no dependiendo de la dificultad, del tiempo del que dispongas y del tiempo que te vayan a ocupar.
  8. Establece prioridades: hay un refrán que dice: «el que mucho abarca, poco aprieta” con esto quiero decir que hay que saber diferenciar entre lo que es urgente de lo que es importante y de aquello que puede esperar.   Si se te ha estropeado la nevera sería urgente comprar una nueva (si no quieres encontrarte con un maremagnum de alimentos estropeados y mal olor), en cambio, si has decidido retomar tu afición a la pintura, es importante pero no tiene por qué ser urgente.
  9. Aprende a delegar: aunque puedas y sepas hacer todas la cosas, seguro que también otras personas pueden realizarlas por ti. Es necesario darnos cuenta de que no todo tenemos por qué hacerlo nosotros. Esto favorecerá disponer de más tiempo y por tanto ayudara a estar más relajados. Saber dónde están nuestros límites es también beneficioso para no acabar como la niña del exorcista, echando espumarajos por la boca (es decir, saturados).
  10. Un último apunte: en general, ser positivo influye favorablemente en nuestro estado de ánimo porque nos ayudará a reducir nuestro nivel de estrés y por lo tanto, a disfrutar de nuestras vacaciones (aunque tengamos que ocuparnos de otras tareas que no tenga que ver estrictamente con el ocio y el relax).

Los pensamientos negativos nos bloquean  y si conseguimos eliminarlos reduciremos la ansiedad y por consiguiente estaremos más preparados para poder abordar las tareas con más optimismo.

Nuria Santiago 

Entradas relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *