Las principales organizaciones agrícolas llama a secundar la huelga feminista del 8 de marzo a todos los agricultores y ganaderos, hombres y mujeres

Llamada general a secundar la huelga feminista del 8 de marzo a todos los agricultores y ganaderos, tanto hombres como mujeres por parte de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) y la Confederación de Mujeres del Medio Rural (CERES), la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos UPA y La Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur)

8 motivos por los que las mujeres rurales pararán el 8 de marzo
La Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur) ha resumido en ocho puntos los motivos por los que secundará la movilización feminista que se celebrará el próximo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Las mujeres rurales han señalado que en el mundo rural sufren problemas particulares, “cercanos a los que sufren las mujeres en el medio urbano, pero no exactamente iguales”.

  1. Las mujeres rurales tenemos escasas oportunidades laborales en el medio rural, siendo la tasa de desempleo del 42,8%, más de siete puntos superior a la tasa media nacional, e incluso casi cuatro puntos más que la tasa media de desempleo de las mujeres de toda España.
  2. La presencia de mujeres en cargos de responsabilidad del medio rural es injustamente escasa. En los consejos rectores de las cooperativas agropecuarias, por ejemplo, solo el 3,5% de sus integrantes son mujeres, mientras que en su base social las mujeres representan el 25%.
  3. La invisibilidad del trabajo de las mujeres en explotaciones agropecuarias es reconocidamente abrumadora. Por ello, en 2011 se publicó la Ley de Titularidad Compartida que, debido a la apatía con la que se ha tratado desde los Gobiernos, sigue sin ser una realidad más allá del papel: siete años después todavía existen dos Comunidades Autónomas (Andalucía y Madrid) sin un registro para las explotaciones en este régimen y que en el resto de Comunidades, las trabas o la inacción impuesta desde las Administraciones estén impidiendo que las mujeres agricultoras y ganaderas ejerzan sus derechos.
  4. Las trabajadoras por cuenta ajena también sufren en el medio rural una brecha salarial en comparación con los hombres, convirtiéndolas en habitantes de segunda categoría y lastrando la promoción social y económica de la mitad de la población.
  5. Debido a las escasas oportunidades que tienen las mujeres de trabajar por cuenta ajena en los pueblos, la mayoría debe autogestionar su futuro laboral emprendiendo su propio proyecto. Para ello, las emprendedoras rurales necesitan conectarse al mundo en las mismas condiciones que la población urbana. Sin embargo, existe una brecha digital entre el mundo rural y el urbano. En el primero, el acceso a la banda ancha y cobertura es insuficiente y, en muchos casos, inexistente según los datos oficiales del último Informe sobre Banda Ancha de la Secretaría de Estado para la Sociedad de la Información y la Agenda Digital, de los que se desprende que el 60% de los municipios rurales están en zona de sombra: no tienen conexión por banda ancha, o es francamente defectuosa, cuando no muy cara.
  6. Las mujeres rurales vivimos en primera persona la carga y la falta de reconocimiento del trabajo doméstico no remunerado, que junto con la “ayuda” y el “cuidado” se consideran responsabilidades nuestras. Queremos que la conciliación y, sobre todo, la corresponsabilidad, lleguen al medio rural; porque como siempre denunciamos, tenemos dificultades para acceder al empleo remunerado, pero el trabajo, nos sobra.
  7. Las mujeres son la fuerza trabajadora base sobre la que se sustentan las labores de cuidados. El 90% de los permisos y excedencias para cuidar de familiares son pedidos en España por mujeres. El recorte de servicios básicos en los pueblos (como guarderías, residencias de ancianos, centros médicos, transporte, etc.) hace que la cifra de mujeres al cuidado de personas dependientes sea incluso mayor en el medio rural.
  8. La violencia de género, el control físico y mental de las mujeres por parte de los hombres, supone la limitación no solo de su seguridad, sino también de su libertad. Desde Fademur se recuerda al Gobierno “la desidia con la que está manejando este tema”, especialmente reflejada en su desdeño por adjudicar el presupuesto que prometió para hacer efectivo el Pacto de Estado para la lucha contra la violencia de género.

Para UPA alcanzar una igualdad real entre hombres y mujeres es el principal reto al que se enfrenta el medio rural en España.

UPA ha recordado que las mujeres que se dedican a la agricultura en España siguen haciéndolo en un marco de desigualdad que afecta a instituciones como las cooperativas, las comunidades de regantes, las Administraciones y a las propias explotaciones, donde sólo el 1 por mil está bajo el régimen de titularidad compartida. “Nos sobran los motivos para sumarnos a la huelga feminista, y por eso llamamos a todos los agricultores y ganaderos, hombres y mujeres, a secundar los paros”, han señalado.

“La lucha en pos de la igualdad es algo que nos concierne a todos, hombres y mujeres”, han explicado desde UPA. Por ello, consideran que secundar los paros es “una obligación” para todas aquellas personas que crean en la igualdad como un objetivo a conseguir, siendo conscientes de que en el medio rural español “queda aún muy lejos”.

UPA ha declarado que secunda los 8 motivos desgranados por su organización hermana, Fademur, que recogen los grandes problemas de las mujeres en el medio rural, “que son los de toda la sociedad”, aseguran.

COAG y CERES animan a agricultoras y ganaderas a demostrar el 8 de marzo que “si ellas paran, se para el mundo rural”
Ambas organizaciones cerrarán sus oficinas centrales en Madrid y hacen un llamamiento a la participación de hombres y mujeres del medio rural en las movilizaciones y concentraciones convocadas. “Animamos a todas las agricultoras y ganaderas a demostrar que “si ellas paran, se para el mundo rural”, ha señalado Inmaculada Idañez, responsable del Área de la Mujer de COAG y Presidenta de CERES.

El medio rural sigue siendo un espacio donde se acentúan los problemas de desigualdad entre hombres y mujeres. «Vivir en el medio rural afecta especialmente a las mujeres porque el déficit de servicios es mucho mayor. Se han producido «fuertes recortes» que se «han incrementado» conforme han pasado los años. Apenas hay escuelas de cero a tres años, se han cerrado consultorios médicos o han dejado de prestar servicios especiales y se han eliminado líneas de transporte, entre «toda una serie de servicios que se han dejado de prestar«.

En un escenario donde «la estructura es patriarcal, suplir esos servicios es tarea de las mujeres”, ha lamentado Idañez. El envejecimiento de la población rural incrementa las situaciones de convivencia con personas en situación de dependencia en el medio rural, lo que repercute en la carga de trabajo de las personas cuidadoras, por norma general mujeres, disminuyendo sus posibilidades de participación laboral, política o social.

 

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