Con la elección de Juan Carlos Longo como presidente de la Federación Andaluza de Bádminton, en Montilla, da buena muestra de la importancia que tiene el Club Bádminton Montilla en el bádminton andaluz.
El pasado sábado 23 de julio se celebró, en la Casa de la Juventud de Montilla (Córdoba), la Asamblea General para la elección del presidente de la Federación Andaluza de Bádminton, uno de los últimos pasos del proceso electoral en el que se encuentra inmersa la federación territorial.
Juan Carlos Longo hablando del el Campeonato de España de Badminton Sub15 celebrado en Montilla
Allí, se citaron 18 de los 26 componentes de la Asamblea, en representación de los estamentos de árbitros, clubes, deportistas y técnicos, que, por unanimidad, votaron la reelección de Juan Carlos Longo Torres como Presidente de la FAB para los próximos cuatro años, en el ciclo olímpico 2016-2020, a la espera de que la Comisión Electoral pueda ratificar esta decisión mediante la proclamación del presidente el próximo 31 de julio, último día del proceso electoral.
Ésta será, salvo sorpresa de última hora, la quinta legislatura del onubense al frente de la federación territorial de bádminton más importante de España, desde su primera elección, en el año 2000. Desde entonces, la FAB está experimentando un continuo proceso de profesionalización de todas sus áreas.
Así, destacan el área de eventos, que cuenta con el mayor calendario de competiciones oficiales tras la FESBA, y el área técnica, con el Centro Andaluz de Entrenamiento como uno de los referentes del panorama nacional, sin descuidar la colaboración con los clubes en el trabajo de base, con concentraciones técnicas periódicas.
En los próximos cuatro años, la FAB confía en que el bádminton andaluz siga en la línea de las últimas temporadas, en las que el buen trabajo de los clubes, deportistas y técnicos, con el apoyo de la federación, está devolviendo tanto a nuestros jugadores como a los equipos y selecciones a la élite del bádminton nacional, tras unos años en los que federaciones emergentes, como la asturiana o la gallega, habían copado la mayoría de los éxitos.
