Debido a la caída de la rentabilidad en los depósitos bancarios, a las diferentes necesidades del consumidor, al ingenio de las Entidades Financieras en buscar alternativas a nuestras inversiones, etc. nos encontramos con un abanico variado de productos donde poder invertir nuestros ahorros.
Seguidamente haremos referencia a cada uno de ellos con la finalidad de conocer sus características, inconvenientes, ventajas y ampliar la letra pequeña.
En este artículo haremos referencia a la imposición a plazo fijo y al depósito estructurado. En la publicación de cada viernes definiremos cada uno de los productos presentes utilizados en el día a día. Para ampliar información están a su disposición el equipo de Bankavá.
Imposición a plazo fijo (depósito bancario): es el producto de ahorros más conocido en España, el cliente entrega al banco un dinero durante un tiempo determinado a cambio de una rentabilidad fijada de antemano.
Ventajas:
- Disponibilidad inmediata
- Garantizado por el FGD
- Conocemos la rentabilidad de antemano
- Producto para todos los públicos.
- No tiene riesgo
- Horizonte temporal reducido (desde 3 meses).
Inconvenientes:
- Rentabilidad muy baja.
Depósito estructurado: son imposiciones a plazo fijo que ofrecen una rentabilidad variable, según el comportamiento bursátil de una o más empresas con cotización, es decir, se le asigna la rentabilidad a la evolución de una cesta de acciones, dependiendo de la entidad existen varias tipologías.
Por ejemplo, un depósito a 12 meses, con una rentabilidad del 2 % siempre y cuando la cotización de la acción de Telefónica y Repsol esté igual o superior al vencimiento del plazo fijo, si no se cumple esta condición, se devolverá el capital sin rentabilidad.
Ventajas:
- Garantizado por el FGD
- Posibilidad de conseguir una rentabilidad mayor
- Se pueden encontrar con horizonte temporal inferior a 3 años
- No tiene riesgo de perder el capital.
Inconvenientes:
- Rentabilidad no garantizada
- No cancelable anticipadamente
- Algunas ofertar incorporan una cesta con más variables, complicando alcanzar la rentabilidad potencial.
Juan Ramón Martínez
CEO de Bankavá