El Instituto Cervantes ha acogido este martes la presentación del libro «Las 2000 nuevas palabras del español», un compendio elaborado por la filóloga Gelsys María García en la que se recogen los nuevos términos que han entrado en los últimos diez años en el diccionario de la Real Academia Española (RAE) y de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE).
El acto ha contado con las palabras de bienvenida del director académico del Cervantes, Álvaro García Santa-Cecilia, y la presentación ha sido a cargo de su autora, Gelsys María García, en un coloquio junto a la jefa de la Unidad de Hispanismo del Instituto, Rebeca Gutiérrez-Rivilla.
La investigadora ha explicado que se trata de un trabajo que surgió a raíz de las preguntas de varios de sus alumnos, los cuales mostraban curiosidad por los motivos que llevaban a los académicos a aceptar determinadas palabras en lugar de otras. «Quería ver qué ha pasado en estos últimos años y creo que una década es significativo para observar los cambios», ha señalado.
Por ejemplo, García reconoce que una de las cosas que más le llamó la atención fue cuando en el año 2019 se dio a conocer que la expresión latina «annus horribilis» había sido aceptada en el diccionario. La reina Isabel II, en el año 1992, había hecho uso de ella para expresar un mal año para la corona británica y entonces se había popularizado.
«Me sorprendió que se tardase tanto en aceptarla y pensé que ya no tenía sentido, pero es que no sabía la que se avecinaba en 2020 con la pandemia de coronavirus: hay que tener cuidado con las palabras, que tienen un poder muy grande», ha comentado con humor la autora.
El libro cuenta con varias secciones que van desde la gramática hasta la semántica, pasando por la dialectología. En general, los términos biomédicos son los que «más peso» tienen en este libro, puesto que en el periodo analizado se han incorporado más de 300 palabras relativas a este sector. Como curiosidad, García ha resaltado que se daba el hecho de que «paracetamol» sí estaba aceptado en el diccionario, pero no «ibuprofeno» hasta esta última década.
El sector gastronómico también ha sido otro de los protagonistas léxicos de este periodo, siendo el segundo con más palabras incorporadas, algunas de ellas con uso habitual como «Cola cao», «táper» o «panetone» y otras más recientes, pero con gran presencia en la actualidad, como el sabor «umami» o los «superalimentos».
La tecnología es otro de los campos con especial presencia en este libro. Algunos de los términos aprobados en la última década ya están «obsoletos», como reconoce la filóloga que ha ocurrido con la palabra «discman», pero también se incorporan los de «una nueva era que marca estos días», como son los ejemplos de «criptomoneda» o «bitcóin».
La particularidad de «tuitear»
En este campo se ha dado también un caso particular, al aceptar el verbo «tuitear». «No deja de ser llamativo que los académicos, que son bastante reacios a estos casos, elijan justo el verbo para una red social que ya ha desaparecido (ahora se llama X). Porque es la única gran tecnológica con palabra en el diccionario», ha apuntado.
En cuanto al conocido como spanglish, ha recopilado nuevas palabras como «balconing», «meme» o «jáquer», además de destacar la influencia de los anglicismos en el habla española, como se ve en el uso cada vez mayor del verbo «aplicar» para solicitar un empleo o llamar «parada» a un desfile.
Por último, García también ha llamado la atención sobre el número de sexismos «enmendados» en los últimos años en las palabras del diccionario, con la inclusión de términos como «obispa» o «faraona», además de otras como «machirulo» o «micromachismo».
Para la jefa de la Unidad de Hispanismo del Instituto Cervantes, Rebeca Gutiérrez-Rivilla, este trabajo «narra lo que está pasando» en las sociedades hispanohablantes de hoy a través de una explicación «dinámica, que sirve como hilo conductor hasta llegar donde se imponen las palabras».