El Párroco de Santiago he presentado alegaciones al cambio de nombre de su calle, promovido por Izquierda Unida, por su dilatada labor pastoral, educativa y social en Montilla durante más de 50 años, aportando documentación histórica relevante de este Hijo Adoptivo de Montilla, Medalla de Oro de la Ciudad y miembro de la Orden Civil de la Beneficencia.
El Arcipreste Luis Fernández Casado dedicó su vida a Montilla con una labor pastoral desarrollada por más de medio siglo sin pertenencia ideológica ni partista, sino volcada en su labor pastoral, educativa, social y caritativa. Por este motivo desde 1925 tiene una calle con su nombre en la ciudad montillana que ahora pretende cambiarse y relegar en el olvido al que fue párroco de Santiago Apóstol desde 1900 hasta su muerte en 1953.
Montilla le distinguió con la Medalla de Oro de la Ciudad, con el título de Hijo Adoptivo y con la Cruz de la Orden Civil de Beneficencia por la práctica de la caridad durante medio siglo y su inagotable capacidad de trabajo. Casi setenta años después, el pleno del Ayuntamiento se dispone a votar el cambio de nombre de la calle, ante lo que el párroco de Santiago Apóstol y rector de la Basílica de San Juan de Ávila de Montilla, el sacerdote Fernando Suárez, presentará alegaciones al expediente administrativo de información pública. El expediente iniciado por el Ayuntamiento propone cambiar el nombre de la calle Arcipreste Fernández Casado por el de doña Leonor Rodríguez “La Camacha”.
Este cambio de nombre cuenta con el informe contrario del técnico municipal de cultura que ha valorado negativamente promoverlo en función de la Ley de Memoria Democrática ya que la labor pastoral del sacerdote Luis Fernández Casado se desarrolló a principios del XX y en 1925 se le concedió la denominación de la calle por su “meritoria labor como sacerdote”, según recoge el expediente.
Entre las alegaciones, el párroco actual de Santiago Apóstol, expone que ha sido consultado el Defensor del Pueblo Andaluz por el Ayuntamiento de Montilla atendiendo la Ley de Memoria Democrática, que resolvió la petición primera en función de la supuesta “adhesión al régimen franquista” del sacerdote aunque el consistorio montillano más tarde procedió a la tramitación del expediente en aplicación del “Reglamento de Honores y distinciones”. En cualquier caso, no consta prueba o resolución que acredite la implicación del sacerdote en cualquier causa política, como tampoco consta la unanimidad de los grupos municipales al votar el cambio de nomenclatura.
Sectores sociales y religiosos de Montilla han expresado su disconformidad con el cambio propuesto, mientras las alegaciones a favor del mantenimiento del nombre de la calle quieren alejarse de una actitud de confrontación y promover la “memoria agradecida y comunión social”.
No es motivo para que cambien el nombre del arcipreste Fernández Casado que en el 1925 lo hicieron hijo adoptivo de Montilla, todavía no mandaba Franco lo que es la incultura……….
Antes había un dictador.
Ahora el saco se está llenándose: de dictadores, Tontos, incultos, anti sistemas, ecologistas, envidiosos, anti cultura, aprovechándose de ONG y de la poloitica.