Asaja exige un cambio tanto al Gobierno central como a la Junta de Andalucía en las políticas forestales, teniendo siempre en cuenta, como eje central de las mismas, a los titulares de las explotaciones ganaderas, cinegéticas, forestales y agrícolas
Córdoba, 20 de agosto de 2025.– Ante la dramática situación que está atravesando gran parte de España con los nefastos incendios forestales, la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Córdoba ha destacado la labor de los agricultores, ganaderos y los titulares de explotaciones forestales y cinegéticas como aliados en la lucha contra los incendios, por lo que insiste en la colaboración conjunta con las administraciones.
Aunque, hasta ahora, en la provincia de Córdoba, ha habido pocos incendios y estos han sido controlados rápidamente, Asaja alerta de que “el alto riesgo de incendio aún continua y va a continuar presente todo el resto del verano, dada la gran cantidad de vegetación existente en nuestros montes, consecuencia de la alta pluviometría registrada la pasada primavera”. En este sentido, los pastizales y la vegetación arbórea y arbustiva todavía presentan gran porte y altas densidades, con el importante riesgo de incendio que tienen asociado. No se puede olvidar que se trata de material combustible, que, al estar seco, supone un alto riesgo de incendio.
Sin embargo, las explotaciones ganaderas y cinegéticas, donde existe cabaña de ganado doméstico o especies de caza mayor, se presentan pastoreadas, con los pastos más reducidos, y por ello, con un menor riesgo de incendio.
Por tanto, desde Asaja Córdoba destaca que “no se puede olvidar la importantísima labor que los profesionales del sector agrario, ganadero, cinegético y silvícola desempeñan a lo largo de todo el año para contribuir a que no ocurran grandes incendios cuando llega la época de peligro”.

El pastoreo llevado a cabo en las zonas ganaderas tradicionales de la provincia hace que en estas áreas no estén expuestas a grandes catástrofes al estar los montes y las dehesas pastoreadas, y la carga de combustible vegetal susceptible de arder sea mínima. Por otra parte, los agricultores realizan importantes labores que contribuyen a lo mismo, con los laboreos, la limpieza de olivares o la realización de cortafuegos perimetrales en los rastrojos tras las siegas. Y es que “está demostrado que los olivares en ambientes de sierra, cuando están limpios, podados y desbrozados, suponen áreas cortafuegos de origen agrícola, que pararían una hipotética propagación de un incendio”.
Por ello, Asaja ha denunciado en reiteradas ocasiones que “la obligación de la PAC de dejar cubiertas vegetales en el terreno es un disparate y ponen en riesgo a los olivares de la provincia por peligro de incendio”. Recuerda que ya ha habido varios casos donde han ardido numerosas hectáreas de olivar y “puede ser mucho más complicado en olivares de sierra que tienen zonas forestales cercanas”. Por ello, Asaja exige nuevamente al Ministerio de Agricultura que “abra los ojos, vea la realidad de nuestros cultivos y cambie a normativa de forma inmediata”.
Del mismo modo, los titulares de explotaciones forestales y cinegéticas contribuyen a la prevención de incendios con la labor realizada a lo largo de todo el año limpiando los montes, eliminando materia vegetal a través de trabajos como desbroces, cortas de árboles para aclarar las masas, podas, etcétera, “a pesar de la irracional burocracia y los permisos que hay que pedir para ello”.
De esta manera, en Andalucía el periodo de poda comenzará el próximo 15 de noviembre, y con carácter general, finalizará el 15 de marzo de 2026 (salvo indicación contraria en las condiciones de la autorización). La Junta está tardando en dar esas autorizaciones hasta dos meses, por lo que desde Asaja se recomienda a los titulares de terrenos forestales que las soliciten a la mayor brevedad posible. Ocurre lo mismo con el resto de trabajos forestales (desbroces, resalveos, entresacas, repaso de caminos…etc), que están sujetos al mismo procedimiento, “lo cual es un absoluto disparate porque debería bastar con una simple comunicación y no esperar una autorización”.
POLÍTICA FORESTAL
Además, Asaja demanda una nueva política forestal por parte de las administraciones competentes porque la que se ha llevado hasta ahora “ha estado marcada por un ecologismo trasnochado, cuyo único fin ha sido sancionar a aquellos que habitan el medio y en poner todas las trabas del mundo a las actividades tradicionales que han venido desarrollando desde hace siglos en el medio rural”.
No sólo no hay política preventiva real, añade la organización agraria, sino que la que tradicionalmente se hacía con las limpiezas del monte, los usos ganaderos, etc., “está continuamente coartada y coaccionada”. Asaja afirma que “ha habido un clamoroso abandono de las fincas públicas y los montes consorciados, no hay limpieza de las vías pecuarias, de las cunetas de caminos y carreteras; y se obstaculizan las labores de limpieza de los montes con la falta de apoyos a las fincas forestales y una inadecuada planificación y adaptación de los planes de prevención de incendios forestales, entre otras cuestiones”.
Asaja quiere recordar a los responsables de la política forestal, tanto a nivel nacional como autonómico, y a algunos grupos ecologistas que las actividades tradicionales de agricultores y ganaderos en las zonas forestales son las que han mantenido el medio como tal, de ahí los actuales parques naturales, donde los que realizan estas actividades llegan a plantearse el abandono de las mismas por el continuo intervencionismo y las absurdas limitaciones a su actividad, lo cual está conduciendo en muchos casos a un abandono del monte, para hacerlo “más natural” y, por tanto, con muchos más riegos de incendios. En definitiva, posturas irracionales y extremas que conducen al final al mayor deterioro posible del medio natural, su destrucción.
Por ello, Asaja pide un cambio tanto al Gobierno central como a la Junta de Andalucía en las políticas forestales, teniendo siempre en cuenta como eje central de las mismas “a los que habitan y cuidan nuestros montes y dehesas, que no son otros que los titulares de las explotaciones ganaderas, cinegéticas, forestales y agrícolas”.