Izquierda Unida acusa a Botella de hacer un Sanchez

Declaraciones de la delegada territorial de Salud y Consumo en Córdoba, doña María Jesús Botella.

Antes de tomar posesión de su cargo, a la delegada de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía en Córdoba, doña María Jesús Botella, alguien debería haberle explicado en qué consistía ser delegada de salud y cuáles eran sus competencias. Y también que cuando alguien firma algo es un simbolismo y formalismo que significa que eso que se ha firmado hay que cumplirlo. Sería también interesante que no tratara de distorsionar la realidad hasta hacerla coincidir con su falta de palabra y su política torticera, además de que no faltara al respeto de quienes habitamos esta provincia mintiendo día sí, día también -la última vez en unas declaraciones recogidas en La Voz de Córdoba el pasado día 14 de diciembre-.

Sin ningún tipo de pudor, viene a decir, literalmente, que “nadie se puede comprometer a lo que no tiene competencias para ello”, para añadir después que “yo, como delegada de Salud, no tengo competencia para decidir si se divide el área en dos y que su compromiso «fue a trasladar las propuestas a la Consejería, el órgano competente para poder dividir un área, o no»; o sea, que hay que creerse que ella no es parte de la Consejería de Salud y Consumo, que la delegada territorial de Salud es un ente ajeno a la consejería, que actúa por su cuenta y riesgo y que no tiene vinculación con la misma. Es indignante que pretenda tomarnos el pelo de esta manera.

Pero la falta de dignidad política no acaba aquí. Sus declaraciones continúan intentando justificar su falta de palabra diciendo que “esas reuniones fueron días antes de las elecciones y ni siquiera sabíamos si íbamos a estar aquí o no”. Lo que traducido a un idioma más claro significa que lo único que quería era quitarse de encima la presión de los sindicatos, que firmó para que los sindicatos se callaran la boca y que lo único que pretendía era pasar el trance esperando que las peticiones de los sindicatos se olvidasen y todo quedara en un cajón; es decir, firmó sin ninguna intención de cumplir lo que había firmado.

Pero, ¡oh sorpresa! Afortunadamente tenemos memoria y hay declaraciones del que allá por julio de 2022 era viceconsejero de Salud, don Serafín Romero, en el Día de Córdoba, que recogía el mismo día 15 de julio que, en el caso de que el PP asumiera las responsabilidades de salud en el nuevo gobierno que saliera de las urnas el 19J, se comprometía a asumir cinco puntos que entre otras cuestiones supondrían la creación de dos áreas sanitarias en el sur de la provincia. La pregunta se hace sola: ¿son de obligado cumplimiento los acuerdos que firma el viceconsejero de Salud, o tampoco?

En definitiva, todas las personas mienten: el personal sanitario, los sindicatos, las personas usuarias del Sistema Andaluz de Salud, el resto de partidos políticos… todos y todas, salvo la delegada, que en su propias palabras, firma algo para cuyo cumplimiento no es competente, esperando perder las elecciones o que la competencia de Salud no les toque en ese gobierno que ya imaginaban junto a VOX (al que hubieran accedido sin ningún tipo de escrúpulo) y así poder salir por la tangente, ignorando las necesidades del pueblo andaluz y traicionado incluso la confianza de las personas que les han votado.

Entradas relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *