La coordinación entre la Junta de Andalucía y la Federación Andaluza de Caza (FAC) continúa dando frutos en el objetivo compartido de avanzar hacia una actividad cinegética más protegida, moderna y sostenible.
Así lo ha puesto de manifiesto el delegado territorial de Sostenibilidad y Medio Ambiente en Córdoba, Rafael Martínez, durante su visita a la nueva sede de la FAC en la provincia —sita en el Estadio Municipal Nuevo Arcángel—, donde ha reiterado “el compromiso sin fisuras del Gobierno andaluz con un sector que es esencial para la conservación del territorio, la economía rural y la biodiversidad”. En la reunión han estado presentes el delegado de FAC Córdoba, José Manuel Labrador, y el técnico de la organización José Manuel Ruiz.
El encuentro ha servido para abordar los avances alcanzados en los últimos años en materia de gestión, digitalización, formación y sostenibilidad del sector cinegético. Martínez ha señalado que “desde 2019, con la llegada de Juanma Moreno al Gobierno andaluz, se ha impulsado un cambio real en la forma de entender y gestionar la caza, basada en el diálogo con el sector y en el consenso técnico y científico”.
La provincia de Córdoba tiene un papel destacado en la actividad cinegética andaluza, con 1.443 cotos distribuidos en más de 1,1 millones de hectáreas, lo que significa que el 90 % de su superficie está acotada. De ellos, 1.134 son de caza menor y 309 de caza mayor. Además, se han expedido 18.450 licencias, entre ellas 18.248 de caza y 202 de rehalas. “Son cifras que evidencian el peso económico, social y cultural de esta actividad en nuestra tierra”, ha señalado el delegado, que ha destacado “la importancia de mantener viva una práctica que forma parte de la identidad andaluza y de la vida cotidiana de nuestros pueblos”.
Durante la visita, Martínez ha puesto en valor la colaboración fluida que mantienen la Junta de Andalucía y la Federación Andaluza de Caza, subrayando que “la cooperación institucional es la que ha permitido dar pasos decisivos en materia de sostenibilidad, gestión y modernización del sector”. En este sentido, ha recordado que el Pacto Andaluz por la Caza, firmado en 2022 entre ambas partes, “ha supuesto un antes y un después en la relación entre la Administración y el sector, al ofrecer una hoja de ruta consensuada que compatibiliza la conservación de la biodiversidad con el aprovechamiento ordenado de los recursos naturales”.

Plan Andaluz de la Caza
Este pacto ha hecho posible el desarrollo de numerosos compromisos, entre ellos el Plan Andaluz de la Caza, que planifica hasta 2033 las actuaciones necesarias para modernizar la gestión cinegética, impulsar la formación, reforzar la sanidad animal y promover la igualdad de oportunidades. Uno de los avances más destacados ha sido la implementación y puesta en marcha del Precinto Digital de Caza, como sistema eficaz del control de capturas de tórtola europea (Streptopelia turtur), que ha permitido la vuelta a la caza de esta especie en esta temporada. Asimismo, la Consejería ha promovido programas formativos en todas las provincias para que los cazadores puedan adaptarse con facilidad a esta nueva etapa digital.
Dentro de este marco de trabajo conjunto, el delegado ha recordado que la Junta de Andalucía avanza también en la tramitación de la nueva Orden de Predadores, una norma largamente demandada por el sector que dotará de mayor seguridad jurídica a las actuaciones de control y contribuirá a garantizar en determinados casos el equilibrio ecológico de los ecosistemas. Martínez ha señalado que “su aprobación supondrá cumplir uno de los últimos compromisos pendientes del Pacto Andaluz por la Caza y reforzará la convivencia entre conservación y aprovechamiento sostenible”.
Martínez ha insistido en que la actividad cinegética “no puede desligarse del medio natural, porque forma parte de su equilibrio”. Así, ha explicado que “una caza regulada y responsable contribuye a controlar las poblaciones, a mantener la salud de los ecosistemas y a proteger los hábitats frente a desequilibrios”. En este sentido, ha recordado que la Consejería mantiene una vigilancia epidemiológica activa para prevenir enfermedades que puedan afectar a la fauna silvestre, a la ganadería o a la salud pública.
El delegado ha destacado también la importancia de fomentar la incorporación de jóvenes al sector, un reto que la Junta ha asumido como prioridad. “Estamos impulsando iniciativas que garanticen el relevo generacional y que muestren la caza como una actividad respetuosa con la naturaleza, abierta a todos aquellos que deseen implicarse en su conservación”, ha señalado.
La cooperación entre la Junta y la Federación ha sido igualmente clave en hitos recientes, como la recuperación de la caza de la tórtola europea, tras varios años de suspensión en toda España. Este logro ha sido posible gracias al trabajo científico y al compromiso del propio sector andaluz. “La tórtola se ha convertido en un ejemplo de gestión responsable y de equilibrio entre ciencia, conservación y aprovechamiento”, ha afirmado el delegado, recordando que Andalucía ha obtenido un tercio de los cupos nacionales de caza para la temporada 2025/2026 dentro del Plan Adaptativo de Gestión de la Tórtola Europea.
En su valoración del impacto económico del sector, Martínez ha destacado que la caza genera 71 millones de euros en beneficios directos y más de 3.500 millones en impacto sobre el PIB andaluz, además de mantener 45.000 empleos, de los cuales 12.000 son directos. “Estos datos confirman que la caza es mucho más que una afición en Andalucía: es un motor económico, un elemento de cohesión social y una herramienta contra el despoblamiento rural”, ha manifestado.
El delegado ha insistido en que la coordinación institucional es el camino que garantiza el futuro del sector. “Solo desde el diálogo y la colaboración podremos seguir avanzando hacia una caza sostenible, moderna y respetuosa con el medio natural”, ha dicho. En esta línea, ha agradecido a la Federación Andaluza de Caza su disposición permanente a colaborar con la Junta, “porque juntos estamos construyendo un modelo que genera oportunidades, protege el entorno y da continuidad a una tradición profundamente andaluza”.