Henry Ford dijo “quiero que mis empleados puedan comprarse un coche de los que fabrican” y en 1914 duplicó el salario de sus trabajadores para que se lo pudieran comprar. Esto no solo no hundió la economía, sino que la revolucionó y cambió el paradigma económico de los Estados Unidos y del mundo.
Luca de Meo, CEO de Renault, es decir, su máximo responsable ejecutivo en España, ha dicho en una entrevista en La Vanguardia, “no es que los jóvenes no quieran coches, es que no los pueden costear” y más abajo “hoy, uno de mis obreros no puede comprar un coche nuevo, ni un Dacia”
¿Cómo es posible que 111 años después y en un mundo mucho más rico, los trabajadores que crean esa riqueza sean más pobres?
¿Qué ha pasado en esos más de 100 años?
En 1914 estalla la I Guerra Mundial que duró hasta 1918 y que acabó con los imperios austrohúngaro y turco que eran aliados, de esa guerra salió fortalecido el mundo occidental de las llamadas democracias liberales, Inglaterra, Francia y USA. Se humilló a Alemania sembrando la semilla de la II Guerra Mundial. Económicamente supuso un gran impulso a las economías occidentales, especialmente a la de USA que precisamente por empresarios como Henry Ford, con conciencia social, era mucho más dinámica.
En 1917 se produce la revolución de octubre en Rusia que derroca la monarquía zarista y después de una cruenta guerra civil impone el comunismo por primera vez en los tiempos modernos, con disensiones incluso entre los mismos miembros del partido bolchevique. Rusia conservaba, especialmente en el campo, modelos de servidumbre medievales, al mismo tiempo que en las zonas urbanas industriales se había formado un proletariado que se volcó decididamente por la revolución.
Los felices años 20 no lo fueron para todos y saltaron por los aires por la especulación bursátil, es decir por un modelo capitalista sin regulación de los estados, llevando a las economías del mundo a la gran crisis del 29, que generó enormes dificultades para la mayoría de los ciudadanos del mundo occidental, paro, precariedad y violencia en las calles, en España es la época del pistolerismo entre sicarios de los empresarios y los anarquistas que respondían de la misma manera, a tiros.
De aquella crisis, de aquella precariedad y situación penosa de los trabajadores que se sentían engañados y muy desencantados de las democracias liberales que les habían ofrecido mejor calidad de vida, emergieron los totalitarismos nacionalistas de derechas con claro espíritu revolucionario en lo social pero enfrentados al modelo comunista de la revolución soviética y que se fueron haciendo fuertes en los años 30, primero el fascismo italiano en los mismos años 20, que se llamaba “Partido Nacional Fascista”, porque agrupaba diversos movimientos anteriores que se denominaban “fascio”, por el símbolo de la antigua Roma de las varas de la justicia unidas en un haz que acompañaban al poder, ya había aparecido con anterioridad, incluso recibiendo el poder de la monarquía italiana en el año 1922.

Posteriormente el nazismo alemán que se denominaba Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, dejando clara su ideología, nacionalista, social y obrera pero enfrentada a muerte a las teorías que surgían del marxismo. Llegaron al poder en 1933, ocupándolo y cerrando la puerta a la alternancia, es decir, igual que en Italia. Se desprecia la democracia liberal por burguesa y antiobrera, aunque para mantenerse en el poder llegaran a entendimientos con las fuerzas económicas que se sentían más seguras con estos totalitarios que con los movimientos revolucionarios marxistas. Ya sabemos cómo terminaron estos regímenes, con una II Guerra Mundial devastadora y más de 60 millones de muertos.
En 1945, al terminar la guerra, los aliados que obtuvieron la victoria militar, La URSS, USA, Reino Unido y Francia, se dividieron en dos bloques enfrentados, el bloque occidental, liderado por USA, que preconizaba los gobiernos democráticos liberales y el bloque comunista liderado por la URSS.
En Europa occidental, había una población altamente politizada, unos por su propia participación en la resistencia armada contra el fascismo y el nazismo y otros por su afiliación a partidos marxistas, unos y otros configuraron partidos socialistas y especialmente comunistas muy fuertes, en la Europa democrática se generó lo que conocemos como Estado del Bienestar, eran regímenes capitalistas en lo económico, pero con una doctrina social bien estructurada, que se basaba principalmente en la doctrina social de la Iglesia en el caso de los partidos de derecha, entre otros la democracia cristiana y en las ideas de igualdad marxista en los partidos de izquierdas, socialdemócratas, socialistas e incluso comunistas que en seguida se desvincularon del estalinismo.
Podríamos hablar de un modelo capitalista regulado por el Estado, este modelo se desarrolló hasta finales de los años 80 y se consiguieron los mejores índices de igualdad, de reparto de la riqueza, de bienestar y de seguridad en las poblaciones, se generó una importante clase media y unas clases trabajadoras con capacidad de consumo que hicieron crecer las economías, hasta hacer de Europa el territorio con mayor capacidad de consumo del mundo. España, excluida durante el franquismo, se incorporó tarde a esa marea europea de bienestar, casi cuando aparecieron los primeros síntomas del cambio de tendencia.
La llegada de los 80, con Reagan y Thatcher en el poder y su firme apuesta por el modelo neoliberal de la escuela económica de Chicago, unido a la descomposición de la URSS con el presidente Yeltsin favoreció la expansión del modelo neoliberal en todo occidente como si fuera el único modelo posible, Fukuyama llegó a hablar del fin de la historia.
La progresiva desregulación del sistema financiero inicio un cambio de tendencia, aumentaron las desigualdades entre individuos y entre países y trajeron las consabidas crisis financieras que hicieron mucho más ricos a unos pocos y más pobres a la mayoría. En esas desigualdades entre los distintos países también se pueden buscar las causas de los grandes movimientos migratorios del sur al norte, y así hasta el día de hoy en que 111 años más tarde un obrero de Renault no puede hacer lo que si hacía en su tiempo un obrero de Ford.

…… y llegamos al día de hoy
Si la historia sirve para algo, además del conocimiento de lo que fuimos para entender lo que somos, nos debería hacer pensar que las dificultades de los jóvenes para poner en marcha sus proyectos vitales, la precariedad, el precio de la vivienda, la inseguridad laboral, los bajos salarios comparados con los cada año más altos beneficios empresariales, nos acercan mucho a aquellas situaciones de desesperanza de los años 30 del siglo pasado en el que modelos políticos de distinto signo ofrecían soluciones sociales aunque fueran impuestas por la fuerza.
Hoy en los modelos autoritarios de las derechas ni siquiera se aprecia ese componente social, hoy cada vez se habla menos de ideas y de programas de convivencia política y más de diferencias de criterio en cosas pequeñas que se hacen enormes, en los parlamentos y en las tertulias de los medios de comunicación, se habla de todo menos de lo verdaderamente importante; toda esta polarización lo único que consigue es desmovilizar a los ciudadanos, enfrentar a unos contra otros y creer en soluciones milagrosas que no existen.
El hombre es un animal social y para desarrollarse como especie, debe primar siempre el bien común frente al beneficio personal, sin embargo, las ideas predominantes a día de hoy es el individualismo, es que cada cual se arregle como pueda, es la competitividad llevada a todos los niveles, pero si echamos la vista atrás, a la historia, vemos que todo lo que ha logrado el ser humano como especie lo ha conseguido colaborando, no compitiendo.
Vivimos en una sociedad compleja, pero el principal problema no es la gente, el problema es la avaricia desmedida de unos pocos y por eso, los ciudadanos que creemos en la vida en sociedad, tenemos la obligación de defendernos de esa avaricia incontrolada utilizando las normas de control y convivencia adecuadas, y no tenemos que ir a buscar muy lejos, solo hay que mirar 40 o 50 años atrás, en esas décadas del estado del bienestar, los trabajadores de Seat, Renault, Ford o Toyota, si se podían comprar los coches que fabricaban y además una casa para construir una familia.
Jamás en la historia se ha generado tanta riqueza como en nuestros tiempos y jamás han existido tantas desigualdades, ¡Algo estamos haciendo mal! ¡Cambiemos de rumbo! Cada cual puede buscar donde más le guste, pero tanto las derechas en la doctrina social de la Iglesia, como las izquierdas en los modelos nórdicos de Olof Palme entre otros, encontrara modelos de convivencia con justicia social, con tolerancia, con mejora de las economías de los ciudadanos al mismo tiempo que mejoran los datos macroeconómicos.
Tampoco podemos olvidar el sur, lo que antes se llamaba tercer mundo, o el mundo occidental actúa con justicia y se desarrollan esas zonas, o los movimientos migratorios serán imparables. África tiene el doble de habitantes que Europa, o les permitimos vivir con dignidad en su casa o querrán la nuestra, ya ha pasado en la historia, recordemos el imperio romano y las invasiones bárbaras y en aquella ocasión, los romanos eran mayoría y aun así cayeron.
El hombre es capaz de llegar a la Luna y bajar a los infiernos de la guerra, ¡Elijamos la Luna!
