La Dirección General de Consumo de la Junta de Andalucía, en el marco del Día Mundial de la Alergia, destaca que las personas consumidoras están amparadas por ley para recibir una detallada información sobre los diferentes alérgenos en alimentos y otros productos no alimenticios y servicios.
El Reglamento (UE) 1169/2011, de 25 de octubre, es la norma que afecta a la información alimentaria sobre alérgenos, y entre los mismos destacan los cereales que contienen gluten (trigo, cebada, avena, centeno, panes, etc.), los crustáceos y productos a base de crustáceos, huevos y derivados, pescado, cacahuetes, soja, lácteos, frutos de cáscara, apio, mostaza, granos de sésamo, o moluscos y productos a base de moluscos, así como dióxido de azufre y sulfitos (utilizados como conservantes).
El etiquetado es la principal fuente de información que puede consultar una persona consumidora, y debe mostrar, junto al listado de ingredientes o en ese mismo listado, la lista de alérgenos de forma bien visible, diferenciada tipográficamente del resto del texto. Si el producto no incluyera lista de ingredientes, debe aparecer la lista de alérgenos precedida de la palabra “Contiene”.
En cuanto a los establecimientos de restauración, están obligados a informar sobre los alérgenos en sus cartas y menús –tanto en formato físico como digital–. Para ello, existen iconos estandarizados que facilitan la identificación a la persona consumidora. En cualquier caso, es importante comunicar cualquier problema de alergia o intolerancia al camarero o a la camarera, de forma que se pueda orientar de la mejor manera.
La Dirección General de Consumo, en sus campañas de inspección sobre alimentos y establecimientos de restauración, se vigila el cumplimiento normativo sobre la información de alérgenos.
Además de los alimentos, otros productos como los cosméticos pueden contener alérgenos. Por ello, es esencial consultar el etiquetado para identificar los compuestos alérgenos, si los hubiera. Desde Consumo, se recomienda, a la hora de adquirir cremas y similares, adquirir productos identificados como ‘hipoalergénicos’, ya que, de esta forma, se minimiza la posible afección cutánea por alergias.
Asimismo, la realización de tatuajes, la micropigmentación y perforación cutánea también pueden producir alergias. La persona usuaria debe informar a la persona prestadora del servicio sobre las sustancias o productos utilizados que puedan causarle una reacción alérgica.