La época del chantaje

Vivimos en la época del chantaje. El chantaje, en resumidas cuentas, se ha convertido en el protagonista del juego político. En la carta confiable de la que echar mano en negociaciones, acuerdos o respuestas a voces críticas. Ese recurso literario de poeta mediocre que mercadea con los derechos de aquellos que lo votaron.

Esa enfermedad contagiosa que entiende el poder como un fin y no como un medio. Un sillón en el que establecerse de manera prolongada. Un oasis de supremacía frente al infierno de lo vulgar.

Una droga que te consume en un par de caladas. Una obsesión de acomplejados que no aceptarían ser igual que los demás.

El chantaje es el atajo de los que no tienen capacidad para conseguir sus objetivos con medios lícitos. Razón por la que se entiende que se haya instalado en nuestro juego político gracias a reticencias de muy pocos y beneplácito de muchos.

Y es que parece sencillo entender que el chantaje lo realiza aquel que está en una posición de poder respecto al otro. Justo por lo que es más preocupante el quién que el qué. Más alarmante es saber quién está en esa posición de poder como para chantajear al otro.
En este caso, es una formación de derecha radical, xenófoba y catalanista, la que, con 7 votos, chantajea a todo un Gobierno de España.

Hasta el punto en que todo un presidente del Ejecutivo cede las competencias de migraciones al prófugo Puigdemont. Todo ello sin ni siquiera consultarlo con el ministro del Interior de un Gobierno de “alto perfil político”.

Esa es la paradoja de nuestro sistema: extorsiona el de Waterloo y cede el del cargo institucional.

Sistema en el que nunca se habían negociado materias tan sensibles de una manera tan brutal: sobre la bocina y en medio de un teatrillo con música de suspense en el que los propios políticos preguntaban a los periodistas si sabían algo a las inmediaciones del Senado, y no al revés.

Claro que podremos pensar aliviados que se trata de una votación vital para la supervivencia del Ejecutivo y, frente a las circunstancias, hay que tragar con algunas cesiones. Pero no es así, pues ésta es simple y llanamente la primera votación del nuevo bloque de Gobierno, al que le queda toda una legislatura por delante y muchas votaciones en las que destripar al Estado central de sus competencias.

El chantaje ya es un valor añadido para ciertos partidos políticos. Una especie de “vótame a mi que extorsiono más y mejor que ERC”. Un reclamo a una sociedad corrupta que ve en la extorsión una razón de voto.

Y luego estamos los que no tragamos. Fascitas a ojos de unos. Y es normal que lo digan, porque la RAE ya puede ir pensando en una cuarta acepción para el término: “todo aquel que no piensa como uno mismo”.

Aunque yo prefiero pensar que los que nos revelamos somos, como canta muy bien Don Antonio Martínez Ares: ovejas negras, ovejas negras, ovejas negras.

Paco Cobos Periodista

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2 comentarios en «La época del chantaje»

  1. Vivimos en una época de un chantagisra, traidor, desquiciado mental y ladrón con sus votantes borregos a sabiendas que están destruyendo España.

  2. No sólo es denigrante sino que también es ignominioso y sobre todo humillante lo que nos están haciendo estos mierdas de políticos.
    Esta destrucción de España tiene que estar penalizada con cárcel de por vida.
    Lo peor es que los borregos aplauden y esto sí que es bueno 🤣

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