El pasado sábado 17 de mayo, en el alhorí del Cerro del Castillo, tuvo lugar, organizado conjuntamente por el Excmo. Ayuntamiento de Montilla y la Cofradía de La Viña y el Vino de Montilla Moriles, el acto de su Gran Capitulo en el que se procedió al nombramiento de doña María José Bueno Márquez, Pepa Bueno, como Embajadora de los vinos de Montilla Moriles.
Como es de rigor, los componentes de esta Orden, se suelen asociar a personalidades relevantes del mundo de la cultura, el arte, la economía, no residentes en Montilla, que contraen el compromiso solemne de “… defender las virtudes y excelencias de los vinos de Montilla y Moriles, renunciando a bebidas foráneas, que enturbian la mente y adormecen la libido…”, como así reza en el juramento al que se les somete.
“El vino, dicen los necios, es un veneno: de esta forma ignoraban las supremas cualidades de este preciado licor”, dijo el cofrade Pajuela en la introducción del Gran Capítulo, quien, después de mencionar la nómina de embajadores de los vinos de Montilla Moriles (como Mario Vargas Llosa o Antonio Gala o insignes periodistas como Juan Luis Cebrián, Diego Carcedo, Juan Cruz, Luis del Olmo o Rafael Cremades), hizo una reflexión histórica del apelativo que se asocia a Pepa Bueno con la Cofradía: “Magistra Bona Dea” aireando información del tomo segundo del cofrade Canilla “Confieso que he bebido” donde se hace una breve alusión a esta dignitas, citando a Publio Ovidio Nasón, que informa de que solo las magistrae de la bona dea tenían la potestad de beber vino durante sus Fasti de mayo, dado que durante el resto del año solo la tenían los hombres.

Terminada la Apertura del Gran Capítulo por el Gran Maestre, cofrade Sarmiento, quien se vanaglorió de los privilegios de pertenecer a esta zona de vinos de gran calidad y complejidad, la defensa previa a la deliberación del Gran Capítulo sobre la idoneidad de la candidata fue llevada a cabo la Excma. Sra. Doña Carmen Calvo Poyato, Presidenta del Consejo de Estado y cofrade Señora del Pago de la Cañada del Madroño.
En su intervención destacó que al aceptar pertenecer a la Cofradía, te casas con esta tierra extraordinaria,… con la tradición, la cultura que supone el vino, protagonista de identidad de esta comarca productora. De su defendida dijo que “solo podría ser periodista” de su “afán de conocer de todo y rápidamente”, de que la mueve “la emoción y la intuición, transformando la racionalidad en periodismo y noticias”. Es, dijo, “equilibrada, inteligente,… requisitos necesarios para que la información sea veraz; valiente, que no está de moda, intensa, profunda, coherente, compleja y que apuesta por la mujer”.

Una vez sometido el Gran Capítulo a consulta; de ser investida con la toga y la medalla cofrade y de recibir el consiguiente espaldarazo, quedó desde ese momento y para siempre ligada a la Cofradía Embajadora de los vinos de Montilla Moriles.
Pepa Bueno, orientó su intervención desde lo más personal e íntimo de sus vivencias: nos contó cómo el vino abrió caminos de entendimiento con su padre, dos personalidades muy diferentes. Nos decía que para su padre “los vinos de Montilla Moriles suponían el sabor de la felicidad,… el comienzo de las vacaciones”; que la mujer gusta de un buen vino, … Solicitó paso para la mujer en este universo dionisíaco porque, indicó, “las mujeres que saben de algo, saben mucho de ese algo”. Concluyó que en palabra de la enófila y amante de los vinos de Montilla Moriles, Isabel Vintage (María Isabel Mijares), “los vinos finos de Montilla Moriles tienen brío y ternura, atributo, este último que deseaba experimentar en cofradía”.
Luis Navarro García
Como cambia la tradición, ahora presidente y presidencia.
Lo tradicional se va perdiendo.