El Hospital Universitario Reina Sofía ha triplicado en los últimos cinco años el número de tratamientos con inyecciones intravítreas, pasando de 2.000 pacientes en 2019 a cerca de 6.000 tratamientos en 2024.
Esta técnica, implantada en el hospital en 2007, se ha consolidado como el principal tratamiento para enfermedades crónicas de la retina, especialmente en pacientes con degeneración macular asociada a la edad (DMAE húmeda), edema macular por retinopatía diabética y oclusiones venosas retinianas.
Este notable incremento se debe tanto al envejecimiento de la población como a la incorporación de nuevas moléculas más eficaces, lo que ha incrementado el volumen y la frecuencia de estas aplicaciones. Según explica el oftalmólogo Fabio Contieri «la inyección intravítrea ha supuesto un cambio radical para muchas patologías de la retina que antes apenas tenían opciones terapéuticas. Hoy, gracias a este tratamiento, conseguimos mantener la visión y, con ello, la calidad de vida de miles de personas”.
Autonomía visual
Este procedimiento consiste en la administración directa de fármacos en el interior del ojo, lo que requiere un entorno altamente controlado para evitar infecciones. En este sentido, el Hospital Reina Sofía fue pionero en Andalucía en crear una sala limpia específica para este fin hace 20 años, ubicada en el edificio de Consultas Externas. Actualmente, el hospital dispone de tres salas limpias operativas para poder atender la creciente demanda.
Cada inyección sigue un protocolo riguroso de seguridad y esterilidad: aplicación de povidona yodada diluida, uso de paño estéril, blefarostato y personal especializado. A pesar de que el tratamiento no está exento de riesgos, la tasa de complicaciones es mínima gracias al cumplimiento estricto de las guías clínicas.
Mejora del tratamiento
Antes de la llegada de esta terapia, según explica el especialista, los pacientes con estas patologías solo podían recibir tratamientos con láser fotodinámico o láser argón, procedimientos más agresivos y menos eficaces.

Hoy, la inyección intravítrea ha revolucionado el manejo clínico de estas enfermedades, permitiendo conservar la visión funcional durante más tiempo.“Cada tratamiento que realizamos es una oportunidad para que el paciente pueda seguir leyendo, caminando con seguridad, etc. Eso tiene un valor incalculable”, destaca el doctor Contieri. El incremento sostenido en el uso de esta terapia demuestra su eficacia, aceptación clínica y seguridad.