Cuestión de pelotas

Esta, la del fútbol montillano, es una historia de ganas, gallardía y coraje. De honor, gloria en ocasiones y futbolistas que se parten el pecho por su escudo. De personas normales que se convirtieron en héroes o de héroes que se vestían de personas normales para ir a trabajar el lunes o a comprar el pan el día después del partido. Pero también, y desgraciadamente para todos nosotros, es de cómo el fútbol pasó a un segundo plano.

Fue mucho antes de lo que podríamos pensar, por un problema estructural perenne, cuando el fútbol quedó empequeñecido por un complejo de inferioridad montillano. Tirábamos de los de aquí, de los del pueblo y creábamos equipos de aquí, del pueblo, que ganaban. Y ganaban bien. Pero luego, cuando llegaba la gloria y los ascensos, ya no nos valían los de aquí, los del pueblo.

Pensábamos que otros, que venían de fuera y costaban más dinero, debían venir e impulsar al equipo para la nueva categoría. Aquella categoría que se habían ganado tu sobrino, el hijo de tu amigo o el entrenador que lleva quince años en el club. Pero los nuevos, los de fuera, seguramente con las mismas ganas y gallardía, rendían igual o menos. Tarde o temprano se descendía y se volvía a llamar a aquellos montillanos que habían dejado el club por falta de minutos.

Así fue que se creó Paquillo Moreno, enfocado al fútbol femenino; Monfuba, con una idea de fútbol muy diferente a la tradicional y huyendo de la competición; y el equipo Sénior del Apedem Montilla, cantera histórica del Montilla C.F. Cuatro clubes de fútbol en una ciudad que, muy a nuestro pesar, pierde población cada año que pasa.

Un contexto en el que resalta que el Montilla C.F. haya mostrado su intención de crear su propia cantera sin mencionar a ninguno de los otros tres clubes. Más sorprende todavía que sea el mismo equipo que propuso unificar hace pocos meses las dos canteras masculinas bajo el nombre de su club.

Un trabajo, el de unificar el fútbol montillano bajo una misma marca y afición, que tenía un gran impulsor que desgraciadamente ya no está. Alguien que unía a amigos y enemigos, rivales empresariales e incluso adversarios políticos. Un gran hombre que no podrá culminar su intención. Pero del que se pueden recordar sus palabras y espíritu para recoger su legado y unificar al pueblo montillano desde el fútbol.

Un camino que puede tener recorrido con dos equipos Sénior del club con uno que actúe como filial para encajar a esos jugadores jóvenes que despuntan, pero que todavía no tienen sitio en el primer equipo por unos u otros motivos. Un viaje que debe de volver a intentar el Montilla C.F. antes de crear su propia cantera, teniendo en cuenta que hay un equipo que puede tener una idea de competición completamente diferente y que el otro es la cantera histórica de la ciudad.

Sea como sea y con el formato que se acuerde, deben ser los clubes los que levanten el teléfono y propongan una vía alternativa en la que nosotros, los aficionados al fútbol, familiares y amigos de los jugadores, apoyemos a un único pero gran club que represente a toda nuestra ciudad.

De esta forma, los aficionados dejamos un guante para el que quiera recogerlo. Hay tiempo e intenciones, solo hace falta levantar el teléfono.

Paco Cobos Periodista

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Un comentario en «Cuestión de pelotas»

  1. «alguien que unía a amigos y enemigos, rivales empresariales e incluso adversarios politicos».
    Sí Paco, un gran hombre de los que ya quedan pocos.

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