Ese fue el lema utilizado en la propaganda institucional para luchar contra los incendios en los años 60, después el genial El Perich, añadió “…… señor conde” Vaya este párrafo como homenaje a todos los humoristas y las revistas de humor, como “La Codorniz” o “Hermano Lobo”, que en aquellos tiempos de la dictadura nos regalaban una sonrisa jugándose el cierre, una multa o algo más.
Vamos al tema.
España es el tercer país de la Unión Europea en masa forestal detrás de Suecia y Finlandia, según otros autores estaríamos por encima de Finlandia, es decir, seríamos los segundos, y parece que hay acuerdo en que somos el primer país europeo en diversidad forestal.

Según datos oficiales, la superficie forestal en España se ha incrementado un 33% en los últimos 25 años, este incremento se realiza a través de la colonización del bosque de zonas agrarias abandonadas y de la reforestación planificada, al mismo tiempo desciende el aprovechamiento de esa riqueza forestal hasta niveles del 35%, es decir, estamos tirando a la basura el 65% de la riqueza de nuestros bosques. Estas cifras oscilan mucho de unas CCAA a otras, la despoblación del mundo rural también ha hecho que desaparezca la actividad ganadera que a su vez limpiaba el bosque.
El aprovechamiento de la riqueza forestal vine dada, por la madera y sus industrias subsidiarias, por ejemplo, la industria del mueble, de la decoración, del embalaje o incluso la industria papelera, es un material reciclable y sostenible, además tenemos el corcho, la resina, distintos frutos forestales como el piñón, la bellota o la castaña; el aprovechamiento micológico como los hongos, las setas y por supuesto las trufas, los pastos forestales para ganadería extensiva, la apicultura, la pesca fluvial, la caza y el turismo rural, sin contar las cosas que son más difícilmente valorables como es la fijación del terreno evitando la erosión, el mantenimiento de zonas húmedas y la atracción de lluvias, según muchos expertos la mejor estrategia contra la desertificación es la reforestación y los bosques también ayudan a fijar carbono en el terreno.
No hemos mencionado la conservación de la biodiversidad de flora y fauna que se produce en los bosques y tampoco podemos olvidarnos de las nuevas propuestas de generación de energía con biomasa sin residuos y que podrían sustituir una parte de los combustibles fósiles. Todo ello genera riqueza local a través de los salarios, de los beneficios empresariales y por supuesto de los impuestos locales, autonómicos y nacionales.
España tiene un 55% de su territorio ocupado con masa forestal. Al mismo tiempo, y según el CSIC el 75% de nuestro territorio estaría en riesgo de desertificación en un avance que va de sur a norte desde las provincias de Almería o Murcia y siguiendo por Castilla la Mancha, eso incluye a territorios que hoy está ocupado por bosques o arbolado y aun así está en riesgo de desertificación.
Los incendios de este mes de agosto no cuestan solo lo que se quema, también perdemos todo lo que se habría podido obtener de unos bosques en buen estado durante los largos años que costará recuperarlos.

Estos días estamos escuchando a muchos expertos y también a muchos tertulianos dándonos las claves de porque se queman los montes, que cosas se hacen mal por acción u omisión, se culpan entre ellos y como suele decirse, “la casa sin barrer”, según los técnicos, desde el punto de vista legal, las competencias son autonómicas y de hecho el gobierno central que es el responsable de la UME la movilizó desde el principio. Lo que también es evidente, es que no se hace la prevención necesaria ni se dispone de medios materiales y humanos suficientes para hacer frente a incendios de esta virulencia, que, por desgracia, son cada vez más frecuentes y más devastadores.
Yo voy a poner en el tablero un hecho que no he oído mencionar en las múltiples tertulias televisivas de estos días.
La mayor masa de bosque de pino silvestre de Europa se encuentra entre las provincias de Burgos, Soria y la Rioja, son pinos madereros y también resineros y curiosamente esos pinares no suelen aparecer en las noticias, ¿Por qué no se queman esos pinares si son los más extensos? Allí también se declaran incendios que son sofocados con eficacia por los profesionales y los vecinos, creo recordar que el último gran incendio en esos bosques se produjo hace más de 20 años en una zona de pino resinero, los más inflamables, en las zonas alejadas de la sierra de Urbión, en las llanuras cercanas al rio Duero a su paso por tierras sorianas.
Esos pinares tienen una característica que los hacen más resistentes al fuego y es su modelo de propiedad, son montes comunales, es un modelo arcaico de propiedad heredado de la edad media, donde, en los fueros se establecía que los montes y los prados de pasto fueran comunales, en una Carta Puebla de Alfonso X El Sabio en el año 1.260 se concedía a «las gentes Della Covalleda, para los que vivieren e murieren e descendentes, que puedan usar e romper e troncar árboles e pacer con sus ganados e beber las aguas e caçar e pescar a término todo e lebremente».

Son montes de los cuales todos los vecinos obtienen beneficios y eso los ha trasformado a todos en guardianes del monte, no solo no hacen ni permiten hacer una barbacoa descontrolada, es que los mantienen limpios, por ejemplo, de cristales o latas vacías y principalmente de excursionistas ignorantes o directamente despistados. Los vecinos explotan el monte de manera sostenible desde hace muchos siglos.

La conclusión que podemos sacar de estos hechos, es que los bosques deben ser útiles primero para los ciudadanos que viven al lado y es bueno que obtengan beneficios, estos pueden llegar por el modelo de propiedad, cosa que veo difícil en nuestro modelo económico y legislativo actual, pero también se puede hacer que los vecinos de los pueblos en los que se encuentran los bosques, sean contratados para la limpieza, el mantenimiento y el control de los mismos, también se pueden desarrollar iniciativas públicas o privadas para su aprovechamiento económico desde cualquiera de las posibilidades que nos brindan, si hacemos que esa riqueza repercuta en la zona de forma notable, también fijaremos población que a su vez cuidará el monte.
Esto no significa incremento de gasto, se trata de aprovechar ese 65% de riqueza forestal que hoy tiramos a la basura, con esa riqueza se puede explotar, controlar, prevenir y apagar los incendios cuando surjan. Esto debe verse como una inversión productiva, los salarios públicos que salen de los impuestos de todos, retornan a los ciudadanos de los pueblos, las empresas públicas o privadas, que se establezcan para el aprovechamiento maderero, ganadero, agrícola, turístico, etc. también deben generar riqueza de forma sostenible social, económica y ecológicamente.
Se trata de colaborar, no de imponer, se trata de que los expertos académicos colaboren con el conocimiento de los ciudadanos locales para la mejor conservación y aprovechamiento de esa riqueza de todos que son los montes, los bosques, los prados, la naturaleza en su conjunto, desde la flora a la fauna silvestre. Así ganamos todos, pero los que más deben ganar son los que viven en las cercanías y ello a cambió de que nos los cuiden.

Por supuesto las distintas administraciones locales, autonómicas y estatales tienen que involucrarse y coordinarse en estos objetivos, como he dicho no tiene que significar incremento de gasto, la propia riqueza de los montes debidamente utilizada debería servir para conseguir estos objetivos.
A nuestros políticos les diría, no compitan, colaboren. Perder nuestra riqueza forestal jamás deber ser la alternativa.
