La Dirección General de Consumo de la Junta de Andalucía, en el marco del Día Mundial de la Reparación, subraya la importancia de la concienciación de las personas consumidoras y usuarias a la hora de reparar electrodomésticos, dispositivos electrónicos y otros aparatos de uso cotidiano. Este hábito contribuye a prolongar la vida útil de los productos, impulsa la economía circular y ayuda a reducir la cantidad de residuos electrónicos generados.

Consumo recuerda que la reparación puede considerarse como la ‘cuarta R’ que se suma a la conocida regla de las 3R (reducir, reutilizar y reciclar). Se trata de una práctica clave que otorga a las personas consumidoras un papel activo en la construcción de un modelo de consumo más responsable y sostenible.

En este sentido, desde la Unión Europea y el Parlamento Europeo se ha puesto de relieve la necesidad de garantizar el derecho a reparar, a través de la Directiva (UE) 2024/1799, en vigor desde el pasado año. Esta norma establece obligaciones comunes para todos los Estados miembros, que deberán incorporarla a sus legislaciones nacionales antes del 31 de julio de 2026.

Entre las principales novedades, la normativa obliga a los fabricantes, fuera del periodo de garantía legal, a ofrecer la reparación de productos como lavadoras, lavavajillas, frigoríficos, aspiradoras, pantallas, teléfonos móviles o tabletas, aparatos con baterías para medios de transportes ligeros (patinetes eléctricos, bicicletas eléctricas, etc.), entre otros, de forma gratuita o a un coste razonable y dentro de un plazo adecuado. Además, deberán informar a las personas consumidoras de manera clara y accesible sobre los servicios de reparación disponibles, garantizando que las piezas de recambio se ofrezcan a precios asequibles para no desincentivar la reparación.

Las empresas deberán garantizar la disponibilidad de piezas de repuesto durante un mínimo de diez años desde que el producto deje de fabricarse. Asimismo, mientras dure la reparación, el fabricante podrá facilitar un producto de sustitución, y en caso de que la reparación no sea posible, tendrá la opción de ofrecer un bien reacondicionado.

La normativa europea refuerza la protección de los derechos de las personas consumidoras, al tiempo que impulsa un modelo de consumo más sostenible basado en la prolongación de la vida útil de los bienes de consumo.

Consumo recuerda igualmente que, en la actualidad, los productos nuevos cuentan con una garantía legal de tres años. A esta garantía obligatoria puede añadirse la denominada garantía comercial, que de forma voluntaria ofrecen algunos fabricantes o vendedores. Durante el tiempo de garantía, la reparación es gratuita e incluye todos los gastos necesarios, como transporte, mano de obra o materiales. Al entregar un aparato para su reparación, la persona consumidora tiene derecho a recibir un justificante documental en el que consten la fecha de entrega y la falta de conformidad detectada.

Este consumo responsable y sostenible también podemos aplicarlo antes de comprar un producto electrónico como un teléfono móvil o tableta, de forma que podamos elegir los productos más duraderos.

Desde el pasado mes de junio, los móviles y tabletas cuentan con un nuevo etiquetado energético que, entre otros aspectos, nos indica las clases de reparabilidad del dispositivo, en una escala desde la A (la de máxima reparabilidad) hasta la E (la de mínima reparabilidad), teniendo en cuenta seis parámetros: profundidad de desmontaje, tipos de elementos de fijación, tipo de herramientas necesarias, piezas de recambio necesarias, duración de las actualizaciones de software, y la información existente sobre la reparación.

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