Ni siquiera el caluroso verano que estamos teniendo nos libra de que nos enciendan con las noticias de corrupción.

Tenemos de todo, desde el golferío más propio de la picaresca de nuestro “siglo de oro” representado por Koldo y sus muchachos, hasta la versión 3.0 de Montoro y sus “bro”, aquel que levantaría España si se hundía y ya se encargó él de levantar bien alto y bien sólido a los que, presuntamente, pasaron por caja, … por su caja, no precisamente por la Hacienda de todos como era su obligación y por lo que cobraba un buen salario.

Algunos de los más jóvenes deben pensar que eso de la corrupción es una cosa moderna de la democracia, pero los que ya peinamos canas y hemos vivido y padecido la dictadura, pensamos algo diferente.

La corrupción viene de siglos atrás, pero voy a centrarme en los tiempos que me ha tocado vivir.

La dictadura era corrupta desde la Jefatura del Estado, que obtuvo pingües beneficios de su traición a la patria, desde el más famoso, el Pazo de Meirás, pasando por múltiples propiedades inmobiliarias en todo el Estado, de cuyas rentas siguen disfrutando a día de doy sus nietos, bisnietos y allegados diversos.

En las instituciones del Estado, en como Obras Públicas o los ministerios de los tres ejércitos, las adjudicaciones se hacían a dedo y dependiendo de los intereses económicos y políticos de los distintos gerifaltes, pero si seguimos bajando en la escala de la estructura estatal, la corrupción en las compras y adquisiciones era generalizada, por ejemplo, los jefes de cocina de cuarteles, hospitales o prisiones, no necesitaban hacer mercado, regular y puntualmente les llevaban a sus domicilios los alimentos o bebidas que necesitaran y por supuesto en fechas tan señaladas como Navidad no podía faltar un buen jamón ibérico, unos buenos mariscos y las correspondientes botellas de vino y licores diversos. Sería muy extenso hacer un listado con los casos más sonados, pero por aquello de que “nos viene al pelo” citaré el caso del padre de quien fue nuestro ministro de Hacienda, Rodrigo Rato, “de casta le viene al galgo”, pues bien, Don Ramón de Rato Rodriguez San Pedro en 1966 fue detenido y condenado por delito monetario y evasión de capitales a Suiza, no preocuparse, no sufrió demasiado, fue indultado por el mismísimo Franco.

Incluso a nivel de pueblo llano, el fenómeno del estraperlo se hizo trasversal, aunque es evidente que los grandes beneficiados que lo hacían por avaricia, no corrían los peligros de los desgraciados que tenían que hacerlo por necesidad.

Todo esto estaba normalizado, por supuesto que había gestores públicos honrados, pero seguramente eran minoría y acababan relegados a puestos donde no estorbaran. La mayoría de los ciudadanos si eran honrados, por convicción o por miedo, a menos que no les quedara más remedio que “echase el monte” para mantener a su familia.

Con la llegada de la democracia, salvando las presuntas comisiones del rey, se paró bastante ese mangoneo a gran escala, hasta que vieron que todo seguía bastante bien atado y cogieron confianza, se salvan un tanto los gobiernos de Suarez y la UCD, que salvo el tema de la colza y fuertes sospechas de financiación “extraña” del partido, no dieron demasiados disgustos con esto de la corrupción.

En tiempos de Felipe González, las listas de corruptelas empiezan a crecer y hay de todo y para todos los gustos, desde la corrupción moral de ver al Estado luchando contra el terrorismo con el terrorismo gubernamental de los GAL, pasando por los casos de financiación ilegal del PSOE hasta el enriquecimiento de algunos allegados como Juan Guerra, ¿Recuerdan?, allegados, igual que con Franco.

El gobierno de Aznar comienza sintiéndose orgullosos de ser de derechas y supongo que de todo lo que eso significa, también en la moral laxa para los negocios, de los gobiernos de esa primera fase del PP, hemos visto exministros en la cárcel y otros muchos procesados todos ellos por corrupción económica, también hubo y muy seria corrupción política como cuando Aznar nos metió en la Guerra de Irak frente al deseo de la mayoría de los ciudadanos, que según algunas encuestas se manifestaban el 80% contra la guerra, por no contar las manifestaciones masivas en pueblos y ciudades de toda España, pero la mentira más cruel fue la del 11-M culpando a ETA de lo que habían hecho los islamistas radicales, aquellos 193 muertos fueron el pago del pueblo español por entrar en una guerra con mentiras y el pueblo español, reaccionó con dignidad y mando al PP a su casa.

En el gobierno de Rodriguez Zapatero, se fueron mejorando las leyes de contratación pública para dificultar la corrupción, pero la burbuja inmobiliaria siguió creciendo con corruptelas urbanísticas de todo tipo en muchos ayuntamientos de distinto signo político. En Andalucía el PSOE se fue poniendo en manos de los “más listos”, dicho esto en el sentido que ustedes están pensando, además estalló el caso de los ERES con las miserias morales de algunos tipejos impresentables de esos que hacen negocios en los puticlubs entre cubata y raya.

Todo lo que no se había arreglado en las legislaturas anteriores, se estropeó aún más en la de Mariano Rajoy, desde el misterioso M punto Rajoy, a todos los casos de la charca de Madrid bajo control de Esperanza Aguirre, pasando por el Caso Bárcenas, la utilización de las fuerzas de seguridad del Estado para destruir pruebas contra el PP y construir pruebas falsas contra sus adversarios políticos, además de las tarjetas black, las preferentes, Púnica, Gürtell y un muy largo etc., demasiado largo.

Ahora con Pedro Sánchez estalla el caso Koldo pero curiosamente siguen coleando los casos del PP, el que, desde mi punto de vista, considero más grave es el caso Montoro, en el que un ministro favorece a empresarios que son clientes de un bufete fundado por el mismo, haciendo leyes a medida y todo eso en los peores momentos de la crisis, por supuesto todo presuntamente, pero todo se hizo cuando se hacían los mayores recortes en sanidad, educación, sueldos de funcionarios o pensiones, y al mismo tiempo ese mismo ministro favorecía a los más ricos con amnistías fiscales, incluso al rey Juan Carlos I “El Golfo”. Si alguien tenía duda de para quien gobernaba, solo hay que pensar en el dicho bíblico “Por sus hechos los conoceréis”

Por supuesto, en los gobiernos autonómicos, tampoco se libran los Puyol y el famoso “tres per cent”. En Euskadi también ha habido algún brote pero no de esa intensidad.

Vista toda esta retahíla de sinvergüenzas, uno está tentado a tirar la toalla, pero debo ser un optimista patológico, porque sigo creyendo en el ser humano y también tenemos ejemplos de honradez, aquí mismo en Córdoba hubo un político de los pies a la cabeza que siempre demostró su honradez, Julio Anguita volvió a su trabajo cuando dejó la política, también lo hizo el asturiano Gerardo Iglesias volviendo a la mina directamente desde el Congreso de los diputados, para que no me acuséis de sectario también recuerdo que Manuel Pimentel, otro ciudadano ligado a Córdoba, dimitió de su cargo de Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales y se fue del PP por discrepancias con Aznar, entre otras cosas por la guerra de Irak.

Hay otros muchos políticos, que nos gustarán más o menos, pero que hasta el momento están limpios de corrupción, estoy pensando en los miles de alcaldes y concejales de los pueblos de España que trabajan por sus vecinos, en muchos casos gratis o con sueldos mínimos, otros también están libres de esa tara moral por mucho que se la hayan buscado, por ejemplo, Pablo Iglesias y otros muchos líderes de la izquierda nacional y autonómica, se suele decir que están limpios porque no han tocado poder, pero en eso hay discrepancias, el mencionado Iglesias fue vicepresidente del gobierno, es decir, si toco poder, ERC también formó parte de gobiernos en Cataluña y tampoco le han sacado ninguna corrupción, mientras que VOX ha tocado menos poder y ya ha sido sancionado por la Cámara de Cuentas y hay serias dudas sobre su financiación tanto en sus inicios con fondos de la oposición iraníes como en la actualidad con préstamos de bancos ligados a líderes extranjeros, lo que para alguien que presume de patriotismo, es muy poco coherente financiarse de forma opaca en el extranjero.

No podemos ni debemos olvidarnos de los corruptores, que si los políticos ponen la mano, “haciendo el egipcio”, al otro lado siempre hay alguien que pone “la pasta” y se lleva el contrato bien aderezado de dinero público, a estos, a las empresas corruptoras, algunas en el IBEX 35, nadie las menciona, pero algunos de sus principales ejecutivos llevan años corrompiendo, cambian de nombre o de acrónimo, pero en la cúspide de los consejos de administración siempre están los mismos apellidos, en algunos casos desde tiempos de Franco, son las “gentes de bien” que dicen levantar España pero principalmente se levantan ellos y siempre a costa de las “buenas gentes”.

Como ciudadano cada vez que escucho a alguien acusando a sus adversarios con el ya manoseado “Y tú más”, no puedo evitar pensar que se dirá a sí mismo, “Y yo también”.

Ángel Diez de Miguel

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