Dentro del marco sobre Luchas Campesinas y memoria histórica democrática, organizadas por el Ayuntamiento de Montemayor junto a la Asociación Cultural Alcalde Antonio García, el próximo día 20 de febrero en Montemayor, el diputado por Izquierda Unida- Unidad Popular en Madrid,  Alberto Garzón,  impartirá una conferencia titulada La lucha continua,

Las Jornadas, Luchas campesinas, tratan de recuperar la memoria de las movilizaciones campesinas que tuvieron lugar en Córdoba en el trienio 1918 al 1920, como parte de la memoria histórica y germen de posteriores luchas que se extienden hasta nuestros días, asumiendo, como parte del Patrimonio Histórico, la lucha obrera. Alberto Garzón abrirá estas jornadas el 20 de febrero a las 12:00 h. en el Salón de Actos de la Casa de la Cultura,  en una inauguración que contará también con la actuación del cantante Juan Pinilla, acompañado a la guitarra por David Caro.

Para terminar estas jornadas, el día 21, domingo, a las 12:30 se presentará el libro de Antonio García, Azada en Mano, que contará con la actuación de la cantante Lucía Sócam.

Juan Pinilla y Lucía Sócam

Dentro de las jornadas Luchas Campesinas, memoria histórica democrática, tendrán una una inauguración y una clausura por todo lo alto. Juan Pinilla junto a David Caro introducirán con su arte la primera jornada, dando paso a la conferencia de Alberto Garzón, ésto será el sábado 20 a las 12:00 h. Al día siguiente a las 12:30 tras la presentación del libro “Azada en mano” de Antonio García, tomará el relevo artístico Lucía Sócam. Todo un privilegio poder contar con estos artistas en nuestro pueblo ofreciéndonos un arte comprometido que entronca perfectamente con las luchas campesinas.

Principios anticapitalistas

Alberto Garzón publica en su web que Reniego de un sistema económico como el capitalista cuyos fundamentos he estudiado y en los cuales reconozco gran parte de la responsabilidad de las penurias que sufre la humanidad hoy en día. Considero, como Marx, que el capitalismo ha sido un sistema económico positivo desde el punto de vista de la emancipación individual y la liberación de las capacidades técnicas, todo lo cual ha posibilitado a la sociedad alcanzar niveles de bienestar material sorprendentes. Sin embargo, la propia dinámica del sistema y su sumisión ante el concepto de “crecimiento económico” ha impedido que dichos avances puedan ponerse al servicio de todos y que sean respetuosos con el medio natural en el que vivimos. Simultáneamente, también es visible un proceso de regresión social en el que la población vive cada vez en peores condiciones (salarios, vivienda, tiempo libre, contaminación, etc.) a pesar del notable avance técnico alcanzado.

Entiendo igualmente que la presión de la competencia capitalista en la búsqueda por la ganancia económica empuja a todos los agentes económicos (empresas, hogares y Estados) hacia una carrera sin fin que nos conduce hacia el desastre medioambiental, amenaza con destruir las relaciones humanas y acaba por exterminar las propias vidas mediante las guerras y el hambre.

Reniego de un sistema económico como el capitalista cuyos fundamentos he estudiado y en los cuales reconozco gran parte de la responsabilidad de las penurias que sufre la humanidad hoy en día. Considero, como Marx, que el capitalismo ha sido un sistema económico positivo desde el punto de vista de la emancipación individual y la liberación de las capacidades técnicas, todo lo cual ha posibilitado a la sociedad alcanzar niveles de bienestar material sorprendentes. Sin embargo, la propia dinámica del sistema y su sumisión ante el concepto de “crecimiento económico” ha impedido que dichos avances puedan ponerse al servicio de todos y que sean respetuosos con el medio natural en el que vivimos. Simultáneamente, también es visible un proceso de regresión social en el que la población vive cada vez en peores condiciones (salarios, vivienda, tiempo libre, contaminación, etc.) a pesar del notable avance técnico alcanzado.

Entiendo igualmente que la presión de la competencia capitalista en la búsqueda por la ganancia económica empuja a todos los agentes económicos (empresas, hogares y Estados) hacia una carrera sin fin que nos conduce hacia el desastre medioambiental, amenaza con destruir las relaciones humanas y acaba por exterminar las propias vidas mediante las guerras y el hambre.

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