Hoy os traemos el testimonio real y actual de los vecinos de Cardeña, que ante la eliminación de sucursales bancarias que están soportando, se han unido para evitar el ostracismo financiero al que les han avocado.
El sistema financiero español se encuentra sumido en un profundo cambio estructural y repliegue de sucursales bancarias, siendo más radical en las antiguas cajas de ahorros.
Estos cierres de sucursales están provocando multitud de problemas, especialmente en las poblaciones pequeñas, donde el cierre de la única oficina bancaria supone quedarse sin servicios financieros. Si además añadimos que más del 80% hace referencia a personas mayores la descripción está asegurada.
Un ejemplo clara es el pueblo de Cardeña, una población cordobesa de 1.700 habitantes aproximadamente, afectados recientemente por el cierre de una sucursal de Caja Rural, sin avisar de un día para otro. Sin embargo, no solo no se han conformado, sino que los vecinos se están agrupando dirigidos por su ayuntamiento y apoyados por la plataforma informática de agrupación ciudadana Bankavá.
El objetivo de los vecinos es tener un servicio financiero completo, donde se preste un apoyo a la economía de la comarca, así como a sus familiares y autónomos. En definitiva, el banco del pueblo, un banco donde se encuentren productos financieros competitivos, sin cláusulas abusivas, un servicio completo y eficaz. También y aunque lo hayamos olvidad, es posible una banca ética y moral.
Es cierto que las entidades no son ONG, por lo que este negocio para ellos debe ser rentables, es ahí la importancia de que el pueblo esté unido al completo, cuantificado sus aplicaciones, posiciones y volumen (protegiendo sus datos conforme a la protección de datos), para tener constancia hasta cuento se puede exigir para conseguir sus necesidades.
Y si, esto es posible, pueden ganar los ciudadanos y la entidad financiera a la vez. La unión hace la fuerza.
Juan Ramón Martínez
CEO de Bankavá
