UPA pide un plan de choque contra la siniestralidad laboral en el campo

Los accidentes en el campo no dejan de crecer. Los fallecidos se incrementaron un 33% en 2020. UPA pide un plan de choque para reducir accidentes, más fondos para renovar maquinaria y más conciencia del riesgo que corren los agricultores y ganaderos.

Los accidentes mortales se incrementaron un 33% en el sector primario en 2020. 59 agricultores y ganaderos murieron mientras realizaban su trabajo, así como 17 trabajadores forestales, lo que con la pesca conforman las 90 víctimas laborales del primer sector. Unas cifras “inasumibles” a juicio de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA).

La organización agraria reclama un plan de choque para abordar lo que califica de “lacra”. Es urgente incrementar las subvenciones para renovar maquinaria, que este año alcanzarán los 9,5 millones de euros. Una cuantía “insuficiente a todas luces” y que contrasta con los 1.100 millones de euros que se van a destinar en 2021 a promover el vehículo eléctrico. También es necesario potenciar al máximo el relevo generacional, así como la formación de los profesionales en los distintos aspectos del trabajo, haciendo hincapié en la prevención.

Los peligros que afrontan agricultores y ganaderos

El sector agrario ha sido tradicionalmente un sector muy difícil de atender por la estadística oficial, por diferentes motivos de su propia naturaleza. La existencia de una actividad agraria que no es la actividad principal de una buena parte de los titulares de explotaciones agrarias ha enmascarado la verdadera realidad de la siniestralidad en el sector. De la misma manera, la existencia de un gran número de jubilados que siguen realizando labores agrícolas, también afecta a los datos oficiales.

El sector agrario tiene una enorme diversidad de actividades. Quizá el aspecto más importante por la gravedad de los accidentes es el uso de la maquinaria y en concreto de los tractores, pero además podemos encontrar actividades peligrosas, como la manipulación de cargas muy pesadas, el trabajo en altura o el manejo de animales. Igualmente, la realización de actividades al aire libre supone una serie de riesgos adicionales derivados de las condiciones meteorológicas.

UPA defiende que la actividad agraria debe tener una mayor consideración desde el punto de vista de los riesgos laborales, y principalmente por la gravedad de los mismos, como demuestran los datos de 2020, con un aumento de la siniestralidad mortal y con la mayor incidencia de accidentes, por encima de otros sectores tradicionales como la construcción y la industria. Frente a una mortalidad en la construcción de 8,34 muertes por cada 100.000 trabajadores, en agricultura y ganadería es de 12,55 muertes.

Incrementar la percepción de riesgo en el campo

UPA viene desarrollando en los últimos años importantes campañas orientadas a incrementar la percepción del riesgo de los agricultores y ganaderos. Con el proyecto Agri-Preven, financiado por la Fundación Estatal para la Prevención de Riesgos Laborales, la organización realiza jornadas, spots y acciones en medios de comunicación y redes sociales para concienciar, informar y formar a los productores de alimentos. “Con la prevención no se juega, hablamos de nuestra salud e incluso nuestra vida”.

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