Padres separados, como conseguir que los hij@s pasen unas buenas vacaciones

 Por fin han llegado las vacaciones de verano y lo que para cualquier niño/a puede ser un motivo de alegría diversión, relación, bienestar… existe el caso de los menores que sus padres se encuentran divorciados o separados y que para ellos se puede convertir en una situación de cambios que no le es grata incluso que pueden llegar a vivirlas como momentos estresantes en sus vidas.
Según Javier Aznar (2004), “Lo que el niño necesita es nutrición emocional, cariño y una buena socialización”. La mayoría de los psicólogos infantiles coinciden en que el mayor daño que se produce al menor, no se debe al cambio de domicilio, o al sexo de quien le tiene su guarda y custodia, si no a las desavenencias entre los padres.
En el caso de los hijos/as que mantienen buenas relaciones con ambos padres tienen un mayor bienestar, un mejor desarrollo y una mayor autoestima. Estas buenas relaciones van a generar a su vez que puedan hablar abiertamente del proceso de emociones y sentimientos por el que están pasando, pudiendo aclarar los padres en cada momento cualquier duda, llevándoles a que desarrollen por sí mismos estrategias para afrontarlos.
Para abordar situaciones de separaciones o divorcios complicados es necesario que como padres nos planteemos una serie de cuestiones primordiales:
  • Es básico que independientemente de las diferencias que como adultos tengan, los padres sepan ofrecer al niño un marco único, un mensaje claro de que siguen siendo lo más importante para ellos. Que pese a no vivir juntos estarán unidos en sus necesidades y proyectos y que incondicionalmente estarán a su disposición.
  • Pasar de centrarnos únicamente en los puntos negativos que tiene el otro a situaciones más positivas que hemos vivido con esa persona. Para ello, desarrollar un relato de la vida familiar anterior a la decisión de separarse en el que se destaquen momentos buenos.
  • Ayudar a los hijos/as a que puedan expresar sus emociones, y también las tuyas como madre o padre y el afecto que sientes hacia ellos/as trasmitiéndole que vuestro amor filial permanecerá.
  • Elaborar y tomar decisiones para la mejora del ejercicio como padres.
  • Liberar de culpas y responsabilidades a los hijos relacionadas con sus dificultades de entendimiento con la otra parte.
Todo lo escrito anteriormente hace que podamos disfrutar de las vacaciones de verano con nuestros hijos. Para ello también hay que tener en cuenta que hay que:
  • Cumplir los acuerdos establecidos previos, de los horarios para la madre y el padre. Buena predisposición por ambas partes a dialogar, negociar y minimizar el conflicto en la medida de lo posible. (ej. Evitar llamadas de última hora para cambiar horario de visitas)
  • Centrar la atención en el niño/a únicamente evitando utilizarlo/a como mensajero o espía de lo que sucede en casa del otro progenitor.
  • Hablar con antelación con los hijos/as acerca de los horarios que han sido acordados.
  • Disfrutar y vivir plenamente cada momento que se tenga con el hijo/a, organizando actividades conjuntas.
  • Es bueno entender que hay un tiempo para cada uno, y no conviene poner al niño/a en situación de que decida con quién pasar las vacaciones de los dos, porque el niño/a se siente entre la espada y la pared, y con sentimiento de posible traición hacia la otra parte.
Aunque nos parezca imposible llevar esto a la práctica, es bueno que reflexionemos sobre estos puntos, ya que sin duda será el camino que ayudará a la felicidad de nuestros hijos y por ende a la nuestra.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *