Por los difuntos y los que no debían de haberlo sido

Hoy Día de los Difuntos, cobra mayor relevancia la necesidad de recordar a aquellos que se fueron y pero sobre todo, a los que nos dejaron años antes de cuando les tocaba.

Hoy 2 de Noviembre, casi siete meses después de que el Comité de inexpertos de Sánchez se dieran cuenta de la gravedad del Covid19, a pesar de no ser los primeros ni los últimos, y que nos trasladaran su responsabilidad a los pobres ciudadanos para que nos buscáramos la vida con las mascarillas, que no hacían falta y que ahora son vitales en la lucha de esta pandemia.

Hoy Día de los Difuntos del 2020 no es un dia para recordar a los que se nos han ido por su pie, que también, sino para recordar y reclamar a los que mandan que necesitamos mas medios, mas cabeza, mas investigación, mas apoyo, mas unión, menos sueldazos, menos impuestos, menos politiqueo de confrontación, todo ello en memoria de todas aquellas personas que hoy no están con nosotros y deberían de estarlo.

Motivos para la esperanza

En el recuerdo tambien tengo a las vidas que se han salvado gracias a todos los Santos y Santas, a esos miles de voluntarios que desde sus casas u oficinas imprimían en 3D viseras y confeccionaban pantallas, respiradores, donaban guantes, desinfectaban calles, hacían mascarillas y con bolsas de basura trajes para nuestros abandonados sanitarios.

Desde Hermandades, Cruz Roja y Protección Civil se ponían todos manos a la obra para que no hubiera nadie que se acostara con el estómago vacío, llevando lo necesario a cada hogar, a cada anciano, a cada necesitado.

La hora más oscura

El Sr. Sánchez que es el que manda y cobra por ello, nunca lo olviden, ha dejado en manos de las Autonomías la guerra contra el Covid19, eso si teledirigidas por Illa y Simón.

Esta argucia no es más que una forma de salvar su denostada imagen política para evitar que se queme, pensando en el futuro y siguiendo su Manual de resistencia. No estamos para elecciones ni para globos sonda para futuros encierros, estamos para frenar los muertos que ha habido, que hay y los que habrá.

Se acerca la hora más oscura, aquella en la no se ve nada, en la que reina las tinieblas, esa hora en la que tendremos que ser empáticos, pacientes y muy generosos con nuestros conciudadanos.

Tras esa fatídica hora, que no es eterna, le sigue el amanecer y en eso los españoles y españolas de a pié somos los mejores, lo hemos demostrado en infinidad de veces con el chapapote del Prestige, donación de organos, en ayuda internacional, Miguel Ángel Blanco, voluntarios por medio mundo repartidos, etc..

Este año este Día de los Difuntos va por todos aquellos que no tenían porqué y no están, por todos aquellos que no estarán.

Es tiempo de librarnos de telarañas partidistas y que todos nos pongamos a trabajar duro, pero a trabajar desde el corazón.

Antonio Galán

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