El saber no ocupa lugar, por Nuria Santiago

Cuando hablamos de Halloween, generalmente, se asocia a la celebración importada de Estados Unidos en el que la fiesta, los disfraces, las películas de terror, los caramelos y los niños son los protagonistas, pero, en realidad, se trata de una celebración que se ha ido nutriendo a lo largo de los siglos con tradiciones de diversas procedencias.

Origen de Halloween

Halloween o La Noche de la Brujas como también se la conoce, se celebraba hace más de 3000 años por los celtas, un pueblo guerrero que habitaba zonas de Irlanda, Inglaterra, Escocia y Francia. Los celtas solían celebrar el 31 de octubre con una gran fiesta llamada Samhain (en gaélico, «final del verano»)para conmemorar «el final de la cosecha». De esta forma los celtas despedían el verano marcando así el inicio de un nuevo año ya que comenzaban los días de frío y oscuridad.

Durante esta fiesta se encendían hogueras para indicar el camino a aquellos espíritus, que según la tradición celta, volvían para despedirse de sus familiares. También dejaban dulces y comida para contentarlos y encendían velas para ayudar a las ánimas a encontrar el camino de la luz al mismo tiempo que alejaban a los malos espíritus.

Por otra parte, los romanos debido a las conquistas militares adaptaron la celebración celta a sus costumbres y organizaban una fiesta llamada Feralia para el descanso y la paz de sus difuntos. Para ello hacían diversos sacrificios que los dedicaban a sus dioses paganos.

También dedicaban una festividad a Pomona, la diosa de las cosechas y los frutos, (del latín pomum: “fruta”) y cuyo símbolo era la hoz y la manzana; una de las diversiones tradicionales de Halloween es precisamente el juego de morder la manzana.

No obstante, debido a la expansión del cristianismo por Europa, llevada a cabo por el emperador romano Constantino (s. IV d. C.) , la víspera del 1 de noviembre adquirió su significado más religioso y las fiestas paganas se convirtieron en el Día de Todos los Santos.

Con la inmigración europea al norte de los Estados Unidos, sobre todo la de los irlandeses católicos a mediados del siglo XIX, llegó la tradición al continente americano.

¿Truco o trato?

Son varias las historias que explican el origen de pedir dulces o caramelos la noche de Halloween.

Una de ellas, se remonta a la tradición celta de dejar comida a los muertos, y que se traslada hoy día a la costumbre de que los niños disfrazados de fantasmas o de vampiros se paseen de casa en casa pidiendo caramelos con la frase, « ¿truco o trato? »

Otra historia, cuenta que procede de la práctica cristiana de ir de casa en casa pidiendo el «pan del alma» (trocitos de pan con pasas) con el objetivo de conseguir cuantos más mejor ya que, mientras más recibieran, más oraciones prometían a favor de las almas de los familiares que habían muerto.

Incluso una tercera, asegura que el origen de esta costumbre (¿trick or treat?, ¿travesura o trato?), se basa en la persecución que tuvo lugar en Inglaterra en los siglos XVI y XVII por parte de los protestantes contra los católicos.

Como consecuencia de estas persecuciones, el rey protestante James I fue víctima de un intento de atentado que fue truncado. Esto hizo que grupos de luteranos, para celebrar el descubrimiento de la traición se disfrazaran con máscaras y se presentaran en las casas de los católicos para exigirles dulces y cerveza.

La calabaza

La costumbre de vaciar una calabaza para convertirla en farol (Jack o lantern) tiene su origen en el folclore irlandés del siglo XVIII. Se basa en la historia de un hombre llamado Jack, reconocido bebedor y jugador empedernido. La leyenda cuenta que, en una ocasión, se le apareció Satanás con la intención de llevárselo al infierno.

Jack lo desafió a subir a un árbol pero cuando estuvo en la copa, el hombre talló en el tronco una cruz para impedirle bajar; en ese momento Jack hizo un pacto con el diablo: si le permitía bajar, Satanás se comprometía a no volver a pedir su alma.

Cuando el hombre murió no se le permitió entrar en el Cielo por sus pecados del pasado, pero tampoco entró en el Infierno por haber engañado al demonio, con lo que volvió a la Tierra. Para compensarlo, y para que pudiera iluminar su camino por la oscuridad por la que debería de vagar hasta el día del Juicio Final, el diablo le proporcionó una brasa que Jack la introdujo en un nabo para que no se le apagara.

Los irlandeses hacían sus «faroles de Jack» ahuecando nabos e introduciéndoles una vela pero cuando emigraron a Estados Unidos, las calabazas eran más abundantes que los nabos, de ahí la tradición de tallarlas para la noche de Halloween.

Día de Todos los Santos

La gran cantidad de mártires cristianos que produjo la persecución del emperador romano, Diocleciano en el siglo IV d.C. llevó a la Iglesia Católica a establecer un día para conmemorar a todos aquellos santos que no tenían una fiesta propia en el calendario litúrgico. A lo largo de la historia su liturgia ha sufrido diversos cambios pero el papa Gregorio III fue el que definitivamente acabó por instaurar esta festividad el 1 de noviembre. Y el papa Gregorio IV, el que lo extendió a toda la Iglesia a mediados del siglo IX.

La fiesta se extiende por todas las regiones de España y en general, las formas de celebrarla son comunes: llevar flores y velas a los cementerios, oficiar misas en honor de los difuntos, asar castañas y batatas, y comer los dulces típicos como los buñuelos, los huesos de santo, las gachas, el arrope, la carne de membrillo y el pan de higo.

No obstante, hay localidades que aportan un matiz diferente en la forma de celebración, sirva de ejemplo:

  • Cádiz celebran los Tosantos, en el que el mercado se convierte en un improvisado escenario en donde las frutas y verduras acaban disfrazadas reflejando de forma humorística la realidad social del momento.
  • Begíjar (Jaén) es costumbre que la gente joven salga con una olla de gachas para sellar las cerraduras y así impedir que se cuelen los malos espíritus.
  • Ceuta, es típico de estas fechas que la gente salga a pasar el día en el campo como es el caso del Día de la Mochila.
  • Cataluña,  la castañada.
  • Albacete,  las migas de niño se suelen preparar, etc.

Nuria Santiago

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