El Miércoles de Ceniza abre la puerta a la Cuaresma

Desde la montillana parroquia de San Sebastián, su párroco Antonio Ramírez, nos habla del significado del Miércoles de Ceniza.

La cuaresma

Si bien en un principio solo había 36 días de ayuno, en el siglo VII se agregaron cuatro días antes del primer domingo de Cuaresma estableciendo los cuarenta días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el desierto.

Como bien ha dicho el pater, en la antigüedad los penitentes comenzaban su penitencia el primer día de Cuaresma, siendo salpicados de cenizas, vestidos en sayal y obligados a mantenerse lejos hasta que se reconciliaran con la Iglesia el Jueves Santo o el Jueves antes de la Pascua.

Hoy en día el cristiano recibe el Miércoles de Ceniza una cruz en la frente con las cenizas obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo de Ramos previo.

Significado simbólico de la Ceniza

La ceniza, del latín «cinis«, es producto de la combustión de algo por el fuego. Algo debe quemarse y destruirse en nosotros -el hombre viejo- para dar lugar a la novedad de la vida pascual de Cristo.

Mientras el sacerdote impone la ceniza dice estas dos expresiones, alternativamente: «Arrepiéntete y cree en el Evangelio» (Cf Mc1,15) y «Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver» (Cf Gén 3,19): un signo y unas palabras que expresan muy bien nuestra caducidad, nuestra conversión y aceptación del Evangelio, o sea, la novedad de vida que Cristo cada año quiere comunicarnos en la Pascua.

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