El Gobierno prepara una importante reforma fiscal que se planea, entre en vigor en enero de 2015. Son varias las medidas que se están manejando en el borrador y sin duda la más llamativa y en definitiva, la que más va a afectar el pequeño y mediano comercio, es la reforma en el sistema de tributación por módulos.
Hacienda planea limitar este sistema solo para los autónomos que vendan al consumidor final, como es el caso de Peluqueros, taxistas, pequeños comerciantes, hosteleros… además de electricistas, técnicos de reparación o fontaneros…
siempre y cuando trabajen directamente para particulares y cuyos niveles de renta sean bajos (el volumen del rendimiento máximo está por concretar).
Por lo tanto, quedarían expulsados del sistema los autónomos que facturen para otras empresas y no al cliente final, como pueden ser
- aquellos vinculados a la construcción y sectores relacionados (albañilería, fontanería, carpintería o electricidad…)
- al transporte (mudanzas, distribución, mensajería…)
- además de servicios de jardinería o catering para empresas entre otros.
También se estudia la posibilidad de expulsar, por ejemplo, a grandes restaurantes, ya que aunque generalmente sirven a particulares, su facturación suele ser muy elevada.
Se trata de una medida para combatir la economía sumergida. La inspección fiscal considera que la tributación por módulos es un nido de facturas falsas además de ser una de las principales vías de fraude fiscal.
¿Cual es el por qué de la medida?
El autónomo en módulos paga impuestos en función de variables objetivas (metros cuadrados de su negocio, el consumo de energía, nº de empleados…) o sea, que tributa lo mismo con independencia de sus ingresos. Ello facilita a los defraudadores la emisión de facturas falsas que otras empresas y autónomos que no tributan por módulos pueden desgravarse.
Actualmente, de los más de 3 millones de trabajadores por cuenta propia que están registrados en España, unos 700.000 autónomos en todo el territorio nacional tributan por módulos, esta medida excluiría del sistema a alrededor de 300.000 autónomos, que pasarían al clásico sistema de estimación directa.
Nuestra opinión al respecto, es que todas las medidas encaminadas a normalizar los procesos fiscales, hacer un sistema tributario justo y equitativo que combata la economía sumergida, son positivas. El problema, pues el de casi siempre. Parece que es muy fácil poner el acento en la pequeña empresa y en el autónomo. Quizás ahora, sea el momento de hacer un sistema tributario realmente justo sin “olvidarse” de las grandes corporaciones y sus paraísos fiscales.
Artículo ofrecido por
F.J. Asesoría
957 78 31 33
Avda. Andalucía 78 A1 2ºC
14550 Montilla, Spain
