COAG Andalucía presenta sus alegaciones al Plan Especial de Sequía del Guadalquivir

COAG Andalucía ha colaborado en el documento de observaciones al Plan Especial de Sequía del Guadalquivir, actualmente en borrador y en proceso de consulta pública, con el objetivo de mejorar el marco normativo que rige la gestión del agua en momentos de dificultad y escasez.

Para esta organización agraria, es importante recordar que aunque haya llovido y se haya superado la situación de sequía, el problema de déficit hídrico de la cuenca no está resuelto, ya que se trata de un déficit estructural, porque la sequía es cíclica y son más frecuentes los períodos de escasez (ya sea en prealerta, alerta o emergencia) que los de “normalidad”.

Por eso, es necesario revisar un Plan que tampoco ha servido para prevenir una situación como la que teníamos hace apenas un mes, afortunadamente superada por la llegada de las lluvias.

Para COAG Andalucía, es imprescindible que el Ministerio fije, de manera consensuada con el sector, unos criterios para distribuir el agua en caso de sequía primando el componente social y agronómico. “Una reducción lineal termina perjudicando a las explotaciones familiares que son, sin embargo, las que generan más empleo y las que más dificultades tienen para asumir ese tipo de recortes”, ha explicado el secretario de Organización, Eduardo López.

COAG recuerda la importancia del regadío para Andalucía y su aportación al tejido productivo, ya que genera el 67% del empleo agrario total y el 64% de la Producción Final Agraria. Los productores andaluces han hecho un gran esfuerzo inversor, de más de 2. 500 millones de euros, y actualmente más del 75% de los riegos son localizados, frente al 50% de la media nacional.

COAG Andalucía apuesta por un modelo de regadío sostenible y un reparto equitativo del agua disponible para riego, que atienda a criterios sociales. No menos importante es una correcta gestión por parte de los organismos competentes, con mayor transparencia y control de las aguas subterráneas, y que se cumplan los compromisos de inversión que permitan reducir el desperdicio de este bien escaso, como ocurre en las pérdidas en redes primarias de distribución (que supone en torno a un 25% de agua a nivel nacional), y con apoyo al sector para desarrollar la modernización e incorporación de tecnologías que aún queda por hacer. También es importante fomentar el aprovechamiento de recursos no convencionales, como las aguas residuales urbanas regeneradas.

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